El Reino Unido impuso nuevas sanciones contra Rusia en el marco de las medidas restrictivas contra ese país por su operación militar especial en Ucrania.
Según el documento publicado en la página web del Gobierno británico, en la lista de personas sancionadas fueron incluidos 206 individuos, en particular el asesor de la presidencia rusa, Andréi Fúrsenko, el político ucraniano Víctor Medvedchuk, el propietario de la compañía de inversiones ESN, Grigori Beriózkin, y la esposa del canciller ruso, María Lavrova.
Según el texto, se les prohíbe la entrada al Reino Unido, y sus activos en el país serán congelados.
Además, las sanciones se imponen al presidente de la compañía petrolera Lucoil, Vaguit Alekpérov, el copropietario de la empresa de inversiones Sistema, Vladímir Evtushenkov, y el copropietario del productor de material rodante para ferrocarriles Transmashholding, Andréi Bokarev, entre otros.
Estas personas, añade el documento, se someterán a la congelación de activos, la prohibición de entrada al país, así como a las sanciones de transporte, según las cuales sus barcos o aviones no podrán atracar en los puertos del Reino Unido.
Londres, asimismo, sancionó al presidente del Gobierno de la República Popular de Lugansk, Serguéi Kozlov, y al presidente del Gobierno de la República Popular de Donetsk, Alexandr Anánchenko.
La última vez que el Reino Unido amplió sus sanciones antirrusas fue a finales de semana pasada.
De acuerdo con la legislación rusa, los altos cargos, funcionarios públicos, diputados y senadores no pueden tener cuentas o mantener sus fondos en los bancos extranjeros, así como aprovechar herramientas financieras de otros países.
A la vez las leyes en vigor no prohíben que los funcionarios públicos tengan propiedades en el extranjero, pero están obligados a incluir la información correspondiente en sus declaraciones de ingresos y patrimonio anuales.
Numerosos países condenaron la operación militar que Rusia lanzó el 24 de febrero pasado, con los objetivos de desmilitarizar y desnazificar Ucrania, y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales que buscan infligirle a la economía rusa el mayor daño posible en un intento de presionar a Moscú para que frene las hostilidades.
Decenas de empresas anunciaron desde finales de febrero la decisión de suspender sus negocios en y con Rusia.
Por vez primera, las sanciones incluyen la desconexión parcial de Rusia del sistema SWIFT, la inmovilización de las reservas internacionales de su Banco Central y, en el caso de países como EEUU, Canadá, Reino Unido y Australia, el embargo sobre la importación de petróleo ruso.