A pesar de los intentos de Occidente de aislar a Rusia económicamente, gran parte de las naciones no se sumó a las sanciones impuestas a Moscú, escribe The Economist en un artículo publicado el 16 de abril.
Según el periódico, aunque el caso de la India es el "más inconveniente de los que se abstienen en serie de la campaña de Occidente para castigar" al president ruso Vladímir Putin, este país no es el único en adoptar una postura independiente de Washington. "En Asia, en Oriente Medio, África y América Latina incluso los aliados y clientes viejos de EE.UU. están rechazando sus súplicas para imponer sanciones a Rusia o al menos criticarla", escribe The Economist.
"El apoyo a Ucrania en gran parte del mundo es escasa, advierten los diplomáticos, y también es así la paciencia de los que se abstienen que puede 'cuajarse' en oposición", advierten los autores.
Asimismo, subrayan que el apoyo a Rusia es más fuerte en África que considera al país el "sucesor" de la Unión Soviética que le brindó ayuda para luchar contra las potencias coloniales.
Mientras, la mayoría de las naciones latinoamericanas se unió a la resolución de la ONU sobre Ucrania el pasado mes de marzo, "hay poco apetito en la región para unirse al régimen de las sanciones" contra Rusia.
Aunque el impacto que estas naciones pueden tener en la economía rusa no parece ser muy fuerte debido a los lazos económicos relativamente débiles, los 40 países que se opusieron o se abstuvieron de la resolución constituyen una cuarta parte del PIB mundial y el 20 % de sus exportaciones, y podrán ser de importancia "geopolítica" en la situación actual, estima el medio.
Los autores señalan que la decisión de no sumarse a la campaña de Washington se debe a diversos "incentivos comerciales, compromisos ideológicos, ambiciones estratégicas o simple miedo". "Además, ven una oportunidad de enviar una señal", afirma la publicación, en referencia a países como Arabia Saudita o los Emiratos Árabes Unidos que buscan también resolver sus problemas internos.
De acuerdo con el medio, una razón adicional son las preocupaciones de que las sanciones contra Rusia generen una subida de los precios de la energía y los alimentos en el mundo.
"Otra objeción relacionada es que Occidente se obsesiona por un conflicto europeo que no es una preocupación global real mientras minimiza o ignora los abusos de derechos humanos en otros lugares", agrega.
Así, a la luz del contexto de la guerra de EE.UU. en Irak y el bombardeo de Libia por parte de la OTAN en 2011, las preocupaciones de Occidente sobre la soberanía de Ucrania parecen a Oriente Medio y Turquía "egoístas e hipócritas". "La bienvenida cálida de Europa a los refugiados europeos, comparada con la que fue concedida a los refugiados sirios, genera ojos en blanco", sostiene el artículo.