Malestar social en EEUU

Algunos dicen 2000, otros 3000. A medida que cae la tarde los camiones siguen llegando a Hagerstown, Maryland una pequeña localidad a hora y media de Washington D.C. El verdadero objetivo es la capital, pero la ciudad les niega permiso. Así este ejército motorizado circula dos veces el perímetro. 
Es una amalgama de descontento: algunos acusan a los organizadores de enriquecerse con donaciones, otros integrantes del convoy se quejan de restricciones que anteriormente fueron parcialmente suspendidas, pero a ello, inevitablemente, se le suman las circunstancias económicas y sociales que vive el país. 
Si bien, algunos sectores de este movimiento social siguen doctrinas extremistas, es necesario reconocer que el trasfondo de las exigencias del colectivo concuerda con las mismas necesidades de la clase trabajadora, un sector abandonado a su suerte por el capitalismo y los políticos.
Estos últimos, usualmente respondiendo al trumpismo o al discurso populista, solo capitalizan del malestar social. Introducen elementos raciales y promesas vacías de "prosperidad" para los trabajadores empobrecidos y explotados.
El resultado es una ebullición de la sociedad, en donde las líneas ideológicas se borran y se convierten en un patrón de teorías conspiratorias, versiones tergiversadas de los eventos, protestas, desobediencia civil, entre otros.