La disfunción sexual más frecuente entre los varones, la eyaculación precoz, sin cura hasta ahora, tal vez la encuentre, según apuntan los inventores israelíes de un parche eléctrico que inhibe las contracciones musculares responsables del orgasmo.
La eyaculación precoz afecta al 30% de los hombres del planeta, según la Organización Mundial de la Salud, y a pesar de ser la disfunción sexual más común en los hombres, la falta de una definición clínica universalmente reconocida complica el acercamiento a esta cuestión, su análisis y tratamiento, según Carson, C., Gunn, K. en el libro Eyaculación precoz: definición y prevalencia (2006).
"Además, los hombres que padecen esta disfunción tan común rara vez buscan ayuda", explicó a la agencia Sputnik Yosef Cohen, sexólogo. "Si lo hicieran, verían que tan acompañados están…".
El experto agregó que "alguna vez se lo consideró un trastorno piscológico y se trataba con terapia conductual pero ahora se empieza a considerar que tiene una base fisiológica", todo ello, según él, hace que las curas suenen un poco milagrosas, sospechosas y, en general, poco científicas.
Teniendo en cuenta, este estado de las cosas la compañía médica Virility Medical ha afirmado esta semana haber desarrollado la primera tecnología no farmacológica y no adormecedora para eliminar la eyaculación precoz masculina.
Actualmente quien lo padece solo tiene a su alcance cremas y aerosoles que adormecen el área genital o antidepresivos que retrasan la eyaculación, los cuales, según David Salton, director ejecutivo de Virility Medical, solo conducen a una pérdida de sensibilidad, según su comunicado oficial.
A diferencia de ambos enfoques, el invento de Virility Medical, el vPatch, es un parche flexible desechable que se fija con adhesivo al perineo (el área entre el escroto y el ano) que se adapta al cuerpo del usuario.
Sus creadores explican que el vPatch se puede colocar en cualquier momento, incluso horas antes de que empiece la relación sexual, por lo que se evita la posible parada incómoda que puede romper el clima para colocarse un dispositivo.
El hombre que lleva el parche (o su pareja) simplemente presiona un botón en el parche para activarlo. Cuando se enciende proporciona un estímulo eléctrico a los músculos de la zona, lo que a su vez inhibe las contracciones rítmicas que conducen al orgasmo, previniendo la eyaculación precoz, explicó Salton.
"Cuando queremos aguantar y no llegar al pico, contraemos los músculos pélvicos. La mente controla todo el proceso, pero con manipulación externa podemos ayudar a contraer los músculos", resaltó Salton.
Según Salton el vPatch es un dispositivo muy discreto, que incluso es posible que la pareja de un hombre ni siquiera sepa que lo está usando.
Parte de la estrategia de marketing es "acercarse a las parejas, no sólo al hombre para mejorar el bienestar sexual tanto de hombres como de mujeres", agregó Salton.
El dispositivo viene en dos intensidades: baja y alta. El paquete de dos tendrá uno de cada una para que los usuarios puedan decidir cuál funciona mejor para ellos.
Indican que no tiene efectos secundarios y que ha sido aprobado por la Administración de Alimentación y Medicamentos estadounidense (FDA, por sus siglas en inglés) y por la Comunidad Europea.
El vPatch se parece más a un preservativo que al Viagra, puntualizó Salton. Se utiliza cuando es necesario y luego se desecha.
Y al igual que un condón, el vPatch está destinado a la venta sin receta en las farmacias. Por ahora, sin embargo, requiere receta médica en los Estados Unidos. Se espera que el producto también debute a finales de este año en Israel.