La glorificación, en el momento de la resurreccion


Gén 2:7 Luego el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló aliento de vida en la nariz del hombre, y el hombre se convirtió en un ser viviente.
Dios hizo nuestros cuerpos, así como nuestras almas.
Gén 3:1 La serpiente era el más astuto de todos los animales salvajes que el SEÑOR Dios había hecho. Cierto día le preguntó a la mujer: —¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto?
Gén 3:2 —Claro que podemos comer del fruto de los árboles del huerto —contestó la mujer—.
Gén 3:3 Es sólo del fruto del árbol que está en medio del huerto del que no se nos permite comer. Dios dijo: “No deben comerlo, ni siquiera tocarlo; si lo hacen, morirán”.
Gén 3:4 —¡No morirán! —respondió la serpiente a la mujer—.
Gén 3:5 Dios sabe que, en cuanto coman del fruto, se les abrirán los ojos y serán como Dios, con el conocimiento del bien y del mal.
Gén 3:6 La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió.
Gén 3:7 En ese momento, se les abrieron los ojos, y de pronto sintieron vergüenza por su desnudez. Entonces cosieron hojas de higuera para cubrirse.
Gén 3:8 Cuando soplaba la brisa fresca de la tarde, el hombre y su esposa oyeron al SEÑOR Dios caminando por el huerto. Así que se escondieron del SEÑOR Dios entre los árboles.
Gén 3:9 Entonces el SEÑOR Dios llamó al hombre: —¿Dónde estás?
La caida del hombre involucró al hombre completo, cuerpo y alma_ Debido a que el hombre pecó, tres muertes le llegaron: la muerte espiritual (separación de Dios) vino inmediatamente; la muerte física, lo que comúnmente llamamos «muerte»; la muerte eterna que vendrá en el juicio final. Cuando tomamos a Cristo como nuestro Salvador. la primera y la tercera de las tres muertes mencionadas se acaban para nosotros. Cuando tomamos a Cristo como nuestro Salvador nuestra asociación con Dios es restituida, y nuestros pecados han sido castigados una vez para siempre en el Calvario.
La segunda muerte - la separación del alma y el cuerpo en la «muerte»- tiene aún que ser considerada.
Rom 8:23 Y los creyentes también gemimos —aunque tenemos al Espíritu de Dios en nosotros como una muestra anticipada de la gloria futura —porque anhelamos que nuestro cuerpo sea liberado del pecado y el sufrimiento. Nosotros también deseamos con una esperanza ferviente que llegue el día en que Dios nos dé todos nuestros derechos como sus hijos adoptivos, incluido el nuevo cuerpo que nos prometió.
Tenemos las «primicias del Espíritu» pero aún queda el último paso a realizar: la redención del cuerpo del cristiano.
1Co 15:12 Pero díganme lo siguiente: dado que nosotros predicamos que Cristo se levantó de los muertos, ¿por qué algunos de ustedes dicen que no habrá resurrección de los muertos?
1Co 15:13 Pues, si no hay resurrección de los muertos, entonces Cristo tampoco ha resucitado.
1Co 15:14 Y, si Cristo no ha resucitado, entonces toda nuestra predicación es inútil, y la fe de ustedes también es inútil.
1Co 15:15 Y nosotros, los apóstoles, estaríamos todos mintiendo acerca de Dios, porque hemos dicho que Dios levantó a Cristo de la tumba. Pero eso no puede ser cierto si no hay resurrección de los muertos.
1Co 15:16 Y, si no hay resurrección de los muertos, entonces Cristo no ha resucitado.
1Co 15:17 Y, si Cristo no ha resucitado, entonces la fe de ustedes es inútil, y todavía son culpables de sus pecados.
1Co 15:18 En ese caso, ¡todos los que murieron creyendo en Cristo están perdidos!
1Co 15:19 Y, si nuestra esperanza en Cristo es sólo para esta vida, somos los más dignos de lástima de todo el mundo.
1Co 15:20 Pero lo cierto es que Cristo sí resucitó de los muertos. Él es el primer fruto de una gran cosecha, el primero de todos los que murieron.
1Co 15:21 Así que, ya ven, tal como la muerte entró en el mundo por medio de un hombre, ahora la resurrección de los muertos ha comenzado por medio de otro hombre.
1Co 15:22 Así como todos mueren porque todos pertenecemos a Adán, todos los que pertenecen a Cristo recibirán vida nueva.
1Co 15:23 Pero esta resurrección tiene un orden: Cristo fue resucitado como el primero de la cosecha, luego todos los que pertenecen a Cristo serán resucitados cuando él regrese.
1Co 15:24 Después de eso, vendrá el fin, cuando él le entregará el reino a Dios el Padre, luego de destruir a todo gobernante y poder y toda autoridad.
1Co 15:25 Pues Cristo tiene que reinar hasta que humille a todos sus enemigos debajo de sus pies.
1Co 15:26 Y el último enemigo que será destruido es la muerte.
Así como Cristo se elevó físicamente de entre los muertos, así los cuerpos de los cristianos serán elevados físicamente de entre los muertos. Cuando esto ocurra, entonces nuestra redención, nuestra salvación serán completas. Así como Dios hizo al hombre completo, así como el hombre completo cayó, el hombre completo será redimido.
1Co 15:52 Sucederá en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando se toque la trompeta final. Pues, cuando suene la trompeta, los que hayan muerto resucitarán para vivir por siempre. Y nosotros, los que estemos vivos también seremos transformados.
1Co 15:53 Pues nuestros cuerpos mortales tienen que ser transformados en cuerpos que nunca morirán; nuestros cuerpos mortales deben ser transformados en cuerpos inmortales.
1Co 15:54 Entonces, cuando nuestros cuerpos mortales hayan sido transformados en cuerpos que nunca morirán, se cumplirá la siguiente Escritura: «La muerte es devorada en victoria.
1Co 15:55 Oh muerte, ¿dónde está tu victoria? Oh muerte, ¿dónde está tu aguijón?».
1Co 15:56 Pues el pecado es el aguijón que termina en muerte, y la ley le da al pecado su poder.
1Co 15:57 ¡Pero gracias a Dios! Él nos da la victoria sobre el pecado y la muerte por medio de nuestro Señor Jesucristo.
1Co 15:58 Por lo tanto, mis amados hermanos, permanezcan fuertes y constantes. Trabajen siempre para el Señor con entusiasmo, porque ustedes saben que nada de lo que hacen para el Señor es inútil.
1Ts 4:13 Y ahora, amados hermanos, queremos que sepan lo que sucederá con los creyentes que han muerto, para que no se entristezcan como los que no tienen esperanza.
1Ts 4:14 Pues, ya que creemos que Jesús murió y resucitó, también creemos que cuando Jesús vuelva, Dios traerá junto con él a los creyentes que hayan muerto.
1Ts 4:15 Les decimos lo siguiente de parte del Señor: nosotros, los que todavía estemos vivos cuando el Señor regrese, no nos encontraremos con él antes de los que ya hayan muerto.
1Ts 4:16 Pues el Señor mismo descenderá del cielo con un grito de mando, con voz de arcángel y con el llamado de trompeta de Dios. Primero, los cristianos que hayan muerto se levantarán de sus tumbas.
1Ts 4:17 Luego, junto con ellos, nosotros los que aún sigamos vivos sobre la tierra, seremos arrebatados en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Entonces estaremos con el Señor para siempre.
1Ts 4:18 Así que anímense unos a otros con estas palabras.
Los cuerpos de los cristianos que han muerto (los Que están ,dormidos) serán levantados de entre los muertos cuando Cristo vuelva nuevamente.
1Co 15:51 Pero permítanme revelarles un secreto maravilloso. ¡No todos moriremos, pero todos seremos transformados!
1Co 15:52 Sucederá en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando se toque la trompeta final. Pues, cuando suene la trompeta, los que hayan muerto resucitarán para vivir por siempre. Y nosotros, los que estemos vivos también seremos transformados.
1Ts 4:13 Y ahora, amados hermanos, queremos que sepan lo que sucederá con los creyentes que han muerto, para que no se entristezcan como los que no tienen esperanza.
1Ts 4:14 Pues, ya que creemos que Jesús murió y resucitó, también creemos que cuando Jesús vuelva, Dios traerá junto con él a los creyentes que hayan muerto.
1Ts 4:15 Les decimos lo siguiente de parte del Señor: nosotros, los que todavía estemos vivos cuando el Señor regrese, no nos encontraremos con él antes de los que ya hayan muerto.
1Ts 4:16 Pues el Señor mismo descenderá del cielo con un grito de mando, con voz de arcángel y con el llamado de trompeta de Dios. Primero, los cristianos que hayan muerto se levantarán de sus tumbas.
1Ts 4:17 Luego, junto con ellos, nosotros los que aún sigamos vivos sobre la tierra, seremos arrebatados en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Entonces estaremos con el Señor para siempre.
1Ts 4:18 Así que anímense unos a otros con estas palabras.
Como hemos visto, el cristiano cuyo cuerpo está muerto, verá su cuerpo elevado cuando Cristo vuelva nuevamente. Estos versículos también nos demuestran que aquellos cristianos que estén vivos cuando Cristo vuelva nuevamente no pasarán por la «muerte», sino que sus cuerpos serán transformados en un abrir y cerrar de ojos. Pasarán inmediatamente de esta vida presente a la plena glorificación.
Flp 3:20 En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, donde vive el Señor Jesucristo. Y esperamos con mucho anhelo que él regrese como nuestro Salvador.
Flp 3:21 Él tomará nuestro débil cuerpo mortal y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él. Lo hará valiéndose del mismo poder con el que pondrá todas las cosas bajo su dominio.
1Jn 3:2 Queridos amigos, ya somos hijos de Dios, pero él todavía no nos ha mostrado lo que seremos cuando Cristo venga. Pero sí sabemos que seremos como él, porque lo veremos tal como él es.
Los cuerpos glorificados de todos los cristianos (hayan muerto y sido resucitados nuevamente o hayan
sido transformados en un abrir y cerrar de ojos) serán como el cuerpo de Cristo después de su resurrección.
Jua 20:26 Ocho días después, los discípulos estaban juntos de nuevo, y esa vez Tomás se encontraba con ellos. Las puertas estaban bien cerradas; pero de pronto, igual que antes, Jesús estaba de pie en medio de ellos y dijo: «La paz sea con ustedes».
Después de su resurrección, el cuerpo de Cristo podía pasar por puertas cerradas. Después de nuestra glorificación, nuestro cuerpo tendrá la misma virtud.
Luc 24:36 Y, justo mientras contaban la historia, de pronto Jesús mismo apareció de pie en medio de ellos. «La paz sea con ustedes» les dijo.
Luc 24:37 Pero todos quedaron asustados y temerosos; ¡pensaban que veían un fantasma!
Luc 24:38 «¿Por qué están asustados? —les preguntó —. ¿Por qué tienen el corazón lleno de dudas?
Luc 24:39 Miren mis manos. Miren mis pies. Pueden ver que de veras soy yo. Tóquenme y asegúrense de que no soy un fantasma, pues los fantasmas no tienen cuerpo, como ven que yo tengo».
Luc 24:40 Mientras hablaba, él les mostró sus manos y sus pies.
Luc 24:41 Aun así, ellos seguían sin creer, llenos de alegría y asombro. Entonces les preguntó: «¿Tienen aquí algo para comer?».
Luc 24:42 Le dieron un pedazo de pescado asado,
Luc 24:43 y él lo comió mientras ellos miraban.
Después de su resurrección Cristo pudo comer. y comió.
Jua 20:27 Entonces le dijo a Tomás: —Pon tu dedo aquí y mira mis manos; mete tu mano en la herida de mi costado. Ya no seas incrédulo. ¡Cree!
Jua 20:28 —¡Mi Señor y mi Dios! —exclamó Tomás.
La conclusión de cada uno de los cuatro Evangelios : Mateo, Marcos, Lucas y Juan, y el comienzo de los Hechos, nos dicen cuán maravilloso cuerpo tenía Cristo después de su resurrección; pero es evidente por este versículo y otros que este cuerpo que tenía Cristo después de su resurrección no era nuevo, sino el mismo cuerpo que El tenía antes de Su muerte y en su muerte. Después de nuestra glorificación tendremos los mismos cuerpos que tenemos ahora, pero glorificados. Serán cuerpos transformados, cuerpos glorificados, pero los mismos cuerpos.