El colegio cristiano Citipointe, en la ciudad australiana de Brisbane, ha creado polémica luego de incluir el pasado viernes en su contrato de matriculación una cláusula que tacha la homosexualidad de "pecaminosa" y que podría conllevar a la expulsión de los estudiantes homosexuales o transgénero.
Tras la noticia, los padres crearon una petición en línea, instando a las autoridades de la escuela a retirar la medida. Los promotores sostienen que la escuela usa "sus creencias religiosas para discriminar abiertamente a los estudiantes 'queer' y trans, además de amenazar con quitarles la educación". Actualmente, más de 57.000 internautas apoyaron la reclamación.
El pastor principal de la escuela, Brian Mulheran, señaló en una carta enviada a los padres de los escolares que las disposiciones fueron introducidas para mantener "el espíritu cristiano, que es la base de lo que ha hecho del colegio lo que es hoy".
"Citipointe no juzga a los estudiantes por su sexualidad o identidad de género y no tomaríamos una decisión sobre su inscripción en el colegio simplemente por ese motivo", aseguró en un comentario para los medios.
Sin embargo, el nuevo contrato estipula que "el colegio solo inscribirá al alumno en función del género que corresponda a su sexo biológico". Asimismo, también advierte que el colegio puede "excluir a un estudiante" si no cumple con "los preceptos doctrinales, incluidos los relativos al sexo biológico", detalla ABC News.
Además, un documento adjunto al contrato llamado 'Declaración de Fe' señala que "cualquier forma de inmoralidad sexual (incluyendo, pero sin limitarse a ello, el adulterio, la fornicación, los actos homosexuales, los actos bisexuales, el bestialismo, el incesto, la pedofilia y la pornografía) es pecaminosa y ofensiva para Dios".
Una madre, que también es una profesora en Citipointe, indicó al medio que los empleados del establecimiento no fueron informados con antelación sobre las enmiendas y solo se percató de los cambios porque su hijo estudia en el colegio.
"Va a ser muy divisivo en la escuela. Va a separar a la gente. Y eso no es lo que yo entiendo por la fe cristiana", sostuvo la mujer, que no reveló su identidad.
Mientras, la exalumna Bree Leitch, que empezó a sentirse como bisexual mientras todavía estudiaba en el colegio, criticó las nuevas disposiciones e instó a luchar para anularlas. "Es algo que está ahí y existe, y es blanco y negro. Y somos capaces de decir 'esto no está bien'", dijo.