A pesar de tener una de las tasas de vacunación contra COVID-19 más altas de Estados Unidos, los estados de Nueva Inglaterra están padeciendo los estragos causados por la contagiosa variante delta.
Las unidades de cuidados intensivos en los hospitales de la región se están llenando y el personal está empezando a escasear. Las autoridades están implorando a los no vacunados a que se pongan la inyección. Los médicos no están pudiendo atender otras enfermedades, debido a que están dedicando casi todo su tiempo a la pandemia.
“Creo que obviamente es muy frustrante para todos”, declaró Michael Pieciak, comisionado del Departamento de Regulación Financiera de Vermont, a cargo de recopilar las estadísticas de COVID-19 para ese estado.
“Queremos que los niños puedan ir a la escuela, queremos que los padres estén tranquilos y no se tengan que preocupar sobre la educación de sus hijos, sobre la salud de sus hijos”, añadió.