Los diplomáticos ucranianos mencionaron el sistema táctico de misiles Iskander-M, así como cazabombarderos de medio alcance Su-34, entre las armas y los aviones desplegados en la península crimea, que pasó de ser parte de Ucrania a Rusia, mediante un referéndum celebrado en 2014.
Además, la delegación ucraniana aseguró que Moscú sigue trabajando para restaurar la infraestructura militar para el almacenamiento de armas nucleares en Crimea, por lo que sería muy probable que aparezcan nuevas municiones nucleares en la península
El reclamo de los diplomáticos de Ucrania se produjo luego de que el director interino del Departamento de Control de Armas y no Proliferación del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Konstantin Vorontsov, refiriéndose a los últimos simulacros de su país en Crimea y el desplazamiento de instalaciones militares en la península, dejara claro la semana pasada que esa actividad militar estaba orientada a proteger la integridad de Rusia y sus ciudadanos.
Las relaciones entre Kiev y Moscú se oscurecieron a partir de 2014 por la anexión de la estratégica península de Crimea a Rusia, como fruto de un referéndum en el que más del 90 % de los crimeos votó a favor de adherirse a la Federación Rusa.
Las tensiones entre Rusia y Ucrania han escalado, en los últimos meses, especialmente después de que las tropas ucranianas, junto a las de sus aliados occidentales, lideradas por EE.UU., se desplazasen, bajo el paraguas de las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a las regiones orientales de Ucrania, cerca de las fronteras rusas, realizando varios ejercicios militares a gran escala, lo que provocó una reacción de Rusia.
Moscú ha alertado que cualquier violación de su territorio provocará una escalada de la situación y ha dejado claro que dará una respuesta contundente a cualquier acción provocativa que suponga un peligro para la integridad y la seguridad de las fronteras de la Federación Rusa.
