Casos de COVID-19 y decesos vuelven a tocar techo en Rusia

Los contagios y las muertes por coronavirus batieron un nuevo récord en Rusia el viernes y aumentaron la presión sobre el sistema de salud del país.

El grupo de trabajo gubernamental para el coronavirus reportó 37.141 nuevas infecciones y 1.064 decesos en las últimas 24 horas, que elevaron el total de fallecidos desde el inicio de la pandemia a 228.453 personas, el peor dato en todo el continente.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, respondió al empeoramiento de la crisis sanitaria decretando una semana no laboral entre el 30 de octubre y el 7 de noviembre, coincidiendo con un amplio feriado nacional.

Las autoridades rusas esperan que esta medida ayude a frenar la propagación del coronavirus al vaciar tanto oficinas y como el transporte público, donde la obligatoriedad de usar mascarilla se ha ignorado ampliamente. El Kremlin pidió a las autoridades locales que endurezcan sus propias restricciones para este periodo.

En algunas regiones donde la situación es más preocupante, Putin dijo que la semana de descanso podría empezar el sábado y prorrogarse más allá del día 7.

El alcalde de la capital, Moscú, Sergei Sobyanin, impuso nuevas medidas en la víspera que entran en vigor incluso antes: los gimnasios, cines y otros locales de ocio, así como los comercios que no vendan comida, deberán cerrar entre el 28 de octubre y el 7 de noviembre, igual que las escuelas y jardines de infantes. Los restaurantes y cafés solo podrán preparar pedidos o envíos en este tiempo. Las restricciones no afectan a tiendas de comestibles ni farmacias.

El acceso a museos, teatros , salas de conciertos y otros establecimientos estará limitado a los titulares de los códigos digitales que acreditan estar vacunado o haber superado la enfermedad, una medida que se mantendrá después del 7 de noviembre.

La mayoría de las entidades gubernamentales y las empresas privadas, a excepción de las que operan infraestructuras clave y unas pocas excepciones más, pararán su actividad en los 11 días señalados por las autoridades, dijo Sobyanin.

La mortalidad por el virus lleva semanas al alza y superó las 1.000 personas diarias por primera vez durante el fin de semana, ante la baja tasa de vacunación, el escaso cumplimiento de las precauciones de seguridad y las reticencias del gobierno a endurecer las restricciones. Unos 45 millones de rusos, el 32% de sus cerca de 146 millones de habitantes, recibieron ya las dos dosis de la vacuna.

Rusia fue el primer país del mundo en autorizar una vacuna contra el COVID-19 con el lanzamiento de la Sputnik V en agosto de 2020, y tiene dosis suficientes. Pero la administración de la fórmula ha sido lenta, en parte por las señales contradictorias enviadas por las autoridades.