El papa Francisco se reunió en el Vaticano con catorce afganos cristianos que huyeron de su país tras la llegada al poder de los talibanes, comunicó Vatican News, el portal oficial de la Santa Sede.
"El hecho de ser cristianos provocó una denuncia contra ellos en cuanto los talibanes entraron en Kabul", con lo cual pasaron "encerrados en el sótano durante cuatro días y cuatro noches por miedo a ser detenidos", informó el portal.
Después, con la ayuda de una red de solidaridad, coordinada por el escritor Alí Ehsaní, y a la fundación Meet Human, salieron del país y se trasladaron a Italia, donde encontraron nuevos hogares cerca de la ciudad de Bérgamo.
En total, "tres familias cristianas lograron escapar: 14 personas, 8 mujeres y 6 hombres. Siete son menores (y todos con un dibujo hecho especialmente para el Papa)".
El más pequeño del grupo "solo tiene un año y fue trasladado de urgencia al hospital a su llegada a Italia para tratar una grave infección. Ahora está bien".
Pary Gul, una de las mujeres del grupo, quiso regalar al Papa el anillo, que conserva en recuerdo de su marido "tragado por el terror talibán".
El pontífice aceptó el regalo "con una condición: que Pary Gul lo conservara como prenda de amistad y signo de esperanza".