El amor sirve y es grande


“servíos por amor los unos a los otros”
(Gal_5:13)
Alguien ha dicho: “El yo piensa que es grande y busca que todos le sirvan. El amor sirve y es grande”.
Un popular cantante de himnos testificaba en una ocasión a un hombre que estaba sentado cerca de él en un restaurante y tuvo el gozo de llevarle a Cristo. En las semanas que siguieron, discipuló a su nuevo convertido. Más tarde, Federico, el nuevo creyente, fue atacado por un cáncer inoperable y llevado a un hospital donde, lamentablemente, el cuidado de los enfermos estaba por debajo de las normas. El cantante, que era toda una celebridad de la radio, visitaba fielmente a su “Timoteo”. Le cambiaba la cama, lo bañaba, lo alimentaba y hacía otras muchas cosas que eran responsabilidad del personal. La noche que Federico murió, este bien conocido cantante le sostenía en sus brazos y le recitaba al oído en voz baja algunos textos de la Escritura. “Servíos por amor los unos a los otros”.
Un instructor de un instituto bíblico encontraba a menudo la habitación de los hombres inundada después de las prisas de la mañana. Pacientemente limpiaba las instalaciones y agachado secaba el suelo. Su mejor enseñanza no quedó confinada al salón de clases. Los estudiantes fueron humillados e inspirados por el ejemplo de su respetable maestro que hacía la limpieza delante de ellos: “Servíos por amor los unos a los otros”.
En esa misma escuela, un miembro del equipo de baloncesto tenía el corazón de un verdadero siervo. Después de un partido, cuando todos los jugadores se apresuraban para ser los primeros en llegar a las duchas, él permanecía en el gimnasio y cuidaba que todo estuviera en orden para el día siguiente. Encontró en el egoísmo de los demás una excelente oportunidad para identificarse de con el Señor como siervo de todo”. “Servíos por amor los unos a los otros”.
Una madre cristiana que vivía en una zona rural de Turquía fue llevada a Londres para donar un riñón a su hijo enfermo. Sabía que donar un riñón podría costarle la vida. Cuando el médico inglés le preguntó si estaba segura y dispuesta a darle el riñón a su hijo, contestó: “Estoy dispuesta a dar los dos riñones”. “Servíos por amor los unos a los otros”.
En un mundo dominado en su mayor parte por los intereses personales, la senda del servicio sacrificado y desinteresado no está todavía abarrotada. Todo el día las oportunidades nos hacen señas para realizar nuevos actos de servicio.