Rece por mí

“A su santidad el papa Francisco, en el nombre de Nuestro Señor omnipotente y glorioso, yo, Asia Bibi, querría expresar toda mi profunda gratitud a Dios y a usted, Padre Santo. Espero también que cada cristiano haya podido celebrar con alegría la Navidad apenas pasada. Como muchos otros prisioneros, también yo he festejado el nacimiento del Señor en la cardel de Multan, aquí en Pakistán”.

Así comienza la carta que Asia Bibi, la madre católica que fue condenada a muerte por acusaciones de blasfemia en Pakistán, su país, le escribió al papa Francisco y que fue publicada esta semana por el diario italiano Avvenire.

La mujer se encuentra en la cárcel desde hace cuatro años y medio, esperando el proceso de apelo que deberá juzgarla.

“Quiero agradecer -escribe- a ´Renaissance Education Foundation´, que logró mi sueño de vivir la Navidad junto a mi marido y mis hijos, trayéndolos aquí a Multan. Me hubiera gustado estar en San Pedro para pasar la Navidad y rezar junto a usted, pero tengo confianza en el proyecto que Dios tiene para mí y ojalá pudiera realizarse el año próximo. Estoy muy agradecida a todas las iglesias que están rezando por mí y luchan por mi libertad”.

Y continua la misiva: “No se cuanto podré aún ir adelante. Si estoy aún viva es gracias a las fuerzas que sus oraciones me dan. He encontrado a muchas personas que hablan y combaten por mí. Lamentablemente aún no ha servido. En este momento quiero solamente confiarme a la misericordia de Dios que todo lo puede. Solamente Él puede liberarme”.

“En este invierno -indica la cristiana presa- estoy enfrentando muchos problemas: mi celda no tiene calefacción y no tiene una puerta adapta para protegerme del frío penetrante, también las medidas de seguridad no son adecuadas, no tengo bastante para las necesidades cotidianas y estoy muy lejos de Lahore, por lo tanto mis familiares no logran ayudarme”.

"Quiera, en fin Santo Padre, aceptar mis mejores deseos para el año nuevo. Sé que usted reza por mí con todo el corazón. Y esto me da confianza que un día mi libertad serán posible. Segura de que me recordará en sus oraciones, la saludo con afecto. Asia Bibi, su hija en la fe”.