Este final de enero Rusia está siendo atacada por las inclemencias del tiempo con temperaturas que caen a los 60 grados bajo cero, deteriorando la infraestructura y congelando a la gente. Incluso a los rusos les ha pillado por sorpresa.
A pesar de que el inicio del invierno ruso no destacó por las bajas temperaturas, los fríos 'infernales' llegaron al final al país, confirmando una creencia rusa sobre los famosos Fríos del Bautismo que solían congelar a los ortodoxos cada 20 de enero.
Esta vez las temperaturas bajaron de una manera anormal. Los pronósticos dicen que el termómetro marcará en torno a 40 grados bajo cero en el krai de Krasnoyarsk en Siberia, -57 grados en el Norte del país, 30 bajo cero en la capital, mientras que en Yakutsk (noroeste de Rusia) las temperaturas consiguen su mínimo mensual, bajando a 60 grados bajo cero.
La excepcional tempestad provocó grandes daños, siendo la causa de atascos y escarcha en las carreteras, congelación de la gente, nieve incesante y un viento de tormenta. En muchas regiones se han cancelado las clases en las escuelas, se han reducido las jornadas en las empresas y se han colocado puntos de calentamiento en las carreteras, donde se da asesoría técnica, bebida y ropa caliente.