
"La herramienta es muy sencilla. A través del útero, obtienen una muestra de la vellosidad que recubre el embrión y luego la mezclan con este líquido" dijo Yu Hongfeng, subdirector del Escuadrón Nº 1 de la Brigada de Seguridad Pública de la Yiwu Oficina de Seguridad Pública.
Sencillo e ilegal. La detección prenatal del género está prohibida en China. Sin embargo, esto no ha impedido que este lucrativo negocio se haya multiplicado en la clandestinidad y tras él un auténtico genocidio femenino.
La política del hijo único y la presión de una sociedad machista hacen que muchas parejas no se arriesguen a que la naturaleza decida. Que el 97% de los bebes abortados sean niñas no es casualidad.
El aborto selectivo se cobra al año miles de víctimas, entre ellas también muchas madres. Casos como el de una mujer que perdió la vida poco después de ser intervenida: "Al salir de la clínica mi mujer empezó a tener fiebre. Minutos más tarde dejó de respirar” dijo Wu Zhiwei, esposo de Wu Zhengqing.
Es una de las razones que han llevado al gobierno a permitir a partir de marzo que las familias tengan hasta dos hijos. Un pequeño para intentar igualar una macabra balanza que durante años ha condenado a millones de niñas incluso antes de nacer.
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