
“Este trabajo refleja la naturaleza misma de la labor de un museo. Es decir, analizar nuestras colecciones y contarle al público nuestros hallazgos. Que haya pasado mucho tiempo desde 1933 no es excusa para no rastrear la procedencia de las obras”, ha dicho Siebe Weide, director de la Asociación de Museos. El centro mismo plantea como una obligación moral “acometer una tarea que nadie nos ha impuesto”. Para poder recibir reclamaciones procedentes del extranjero, la página de Web estará también escrita en inglés. “Haber reunido esta información sobre la problemática procedencia de las colecciones de los museos hace justicia a las víctimas de la II Guerra Mundial. A su vez, subraya la responsabilidad y transparencia con que tratamos nuestras colecciones públicas”, ha añadido Jet Bussemaker, ministra de Cultura.
Durante la ocupación nazi de Holanda (1940-1945), las familias judías que poseían obras de arte fueron robadas o bien forzadas a vender a bajo precio sus tesoros. Otros se vieron obligados a hacerlo para pagar la huída del país. Muchas de esas piezas fueron adquiridas, de buena fe, por los museos nacionales tras la contienda de la mano de marchantes privados y casas de subastas. La mayoría de las ahora catalogadas se encuentran en el Rijksmuseum y el Stedelijk, ambos en Ámsterdam. También hay en el Museo Municipal (Gemeentemuseum), de La Haya; Boymans van Beuningen, de Rotterdam; Kröller-Muller, en Otterlo, o Van Abbemuseum, en Eindhoven. De una tela de Isaac Israëls (1864-1934) ha trascendido la peripecia de su llegada al Museo de Arte Moderno, de la ciudad de Arnhem. Presenta a tres niños paseando en sendos burros por la playa, y fue llevado en 1946 a una comisaría de policía de la capital holandesa. Había sido encontrada en la casa de un antiguo miembro holandés de la policía secreta nazi. Al no poder hallarse a su auténtico dueño, fue donada al museo como parte de la Colección Nacional de Arte.
La Asociación de Museos espera que los posibles dueños reconozcan las obras, ya sea porque guardan fotos de las casas de sus antepasados donde aparecen, o tal vez cartas. Para efectuar la correspondiente demanda, pueden ponerse en contacto con la Comisión para la Restitución (de obras robadas durante la II Guerra Mundial). Fundada por el Gobierno, ha investigado a fondo el origen de la Colección Nacional. Desde el año 2002, asesora de forma independiente las peticiones particulares de esta índole.