"Católicos y luteranos pueden pedir perdón por el mal cometido los unos a los otros y por las culpas cometidas delante de Dios y juntos alegrarse por la nostalgia de unidad que el Señor ha despertado en los corazones y que hace mirar hacia adelante con esperanza". Son palabras del papa Francisco, pronunciadas ayer, durante la audiencia que concedió a la delegación de la Federación Luterana Mundial y los representantes de la Comisión para la Unidad luterana-católica.
El Papa animó a continuar en este camino de diálogo y comunión abordando las cuestiones fundamentales así como "las divergencias que surgen en el campo antropológico y ético". Por otra parte, Francisco recibió en audiencia privada en el Vaticano al obispo de la diócesis de Limburgo (Alemania), Franz-Peter Tebartz-van Elst, a quien los medios alemanes se refieren como "obispo de lujo", después de que la prensa publicara que la renovación de su residencia había costado 31 millones de euros.