Pese a conocer su ubicación, Israel mató o hirió a 31 trabajadores humanitarios en Gaza

La ONG Human Rights Watch (HRW) comunicó este martes que el Ejército israelí mató o hirió a 31 trabajadores de diferentes organizaciones humanitarias y sus acompañantes en la Franja de Gaza, mediante ataques a convoyes con ayuda humanitaria y a  viviendas del personal cuyas coordenadas y rutas habían sido proporcionadas a las autoridades del país hebreo para garantizar su protección.
Según el informe de la organización, desde el inicio de la guerra en el enclave palestino el 7 de octubre ha habido ocho casos de ataques directos contra trabajadores humanitarios perpetrados por Israel sin aviso previo. Como consecuencia de esos ataques, al menos 15 personas murieron, entre ellas dos niños, y al menos otras 16 resultaron heridas.
HRW indicó que los investigadores de la ONU que visitaron los lugares de las agresiones contra personal humanitario concluyeron que algunos de los ataques fueron realizados con armas de países occidentales como EE.UU. y el Reino Unido.
El más reciente de los ataques directos israelíes contra un convoy humanitario fue perpetrado el 1 de abril contra tres vehículos de la ONG World Central Kitchen. Esa agresión se cobró la vida de siete miembros del personal de la organización: tres británicos, un australiano, un palestino, un polaco y un estadounidense-canadiense. Los vehículos en los que se encontraban los trabajadores humanitarios fueron alcanzados uno tras otro, a pesar de que la organización había informado a las autoridades del país hebreo de la ruta que seguiría el convoy. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) calificaron el incidente de un "error".
No obstante, ese ataque no fue el único. "Los aliados de Israel tienen que reconocer que estos ataques que han matado a trabajadores humanitarios han ocurrido una y otra vez, y tienen que parar", indicó Belkis Wille, directora asociada de crisis, conflictos y armas de HRW. Wille urgió a Israel a "poner fin de inmediato a sus ataques contra las organizaciones de ayuda" y afirmó que "debe haber una rendición de cuentas por estos crímenes".

Los otros siete ataques israelíes contra personal humanitario cuya localización se facilitó al Ejército fueron:
La agresión contra un convoy de Médicos Sin Fronteras (MSF) el 18 de noviembre de 2023, en la que murieron dos trabajadores de la organización.
El ataque contra las instalaciones de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés) en Rafa el 9 de diciembre de 2023, en el que la Armada israelí disparó ráfagas de cañón de 20 mm contra una vivienda del personal compuesta por dos edificios.
El ataque del 8 de enero de 2024 contra un refugio de MSF donde se refugiaban más de 100 trabajadores de la organización y sus familias. El impacto mató a la hija de 5 años de un trabajador de MSF e hirió a cuatro personas.
El ataque a una vivienda del Comité Internacional de Rescate y la ONG Medical Aid for Palestinians (MAP) el 18 de enero de 2024, en el que en el momento del impacto se encontraban 12 personas, entre ellas cuatro médicos. Como resultado, tres personas sufrieron heridas. El ataque, según HRW, fue realizado con un proyectil GBU-32 guiado de fabricación estadounidense y lanzado desde un caza F-16.
El bombardeo contra un convoy de 10 camiones de la UNRWA que transportaban suministros alimentarios con destino al norte de Gaza el 5 de febrero de 2024. Las fuerzas israelíes alcanzaron a uno de los camiones desde el mar. El proyectil impactó en la parte trasera del camión, que transportaba harina de trigo, destruyendo su carga.
El ataque a una vivienda de MSF el 20 de febrero de 2024. En el edificio vivía solo personal de MSF y sus familias, 64 personas en total. El disparo desde un tanque israelí Merkava contra el edificio mató a dos personas e hirió a otras siete. El Ejército del país hebreo justificó el ataque alegando que la vivienda había sido "identificada como un edificio donde se está produciendo actividad terrorista".
El ataque contra una casa que albergaba a un empleado de la Organización Estadounidense de Ayuda a los Refugiados de Oriente Próximo (Anera) el 8 de marzo de 2024. El proyectil alcanzó la vivienda donde Mousa Shawwa, coordinador de suministros y logística de Anera, vivía con su esposa, Doaa Shawwa, y sus hijos Dima, de 13 años, y Karim, de 6. El impacto destruyó el edificio matando a Mousa y a su cuñado, que ese día estaba de visita. El hijo pequeño de los Shawwa sufrió una fractura de cráneo y una hemorragia cerebral interna y falleció 11 días después.