Las restricciones de Israel a la ayuda a Gaza pueden constituir un crimen de guerra

Las restricciones israelíes a la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza pueden equivaler a una táctica de inanición deliberada, que podría constituir un crimen de guerra. Así lo afirmó este martes el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, al referirse al riesgo de una hambruna en el enclave palestino.
"El alcance de las continuas restricciones de Israel a la entrada de ayuda a Gaza, junto con la forma en que continúa conduciendo las hostilidades, pueden equivaler al uso del hambre como método de guerra, lo cual es un crimen de guerra", aseveró el alto funcionario.
"Israel, como potencia ocupante, tiene la obligación de garantizar el suministro de alimentos y atención médica a la población, en proporción a sus necesidades, y de facilitar el trabajo de las organizaciones humanitarias para entregar esa asistencia", continuó.
Asimismo, expresó que la situación de hambre, inanición y hambruna en el enclave palestino "es el resultado de las amplias restricciones de Israel a la entrada y distribución de ayuda humanitaria y bienes comerciales, el desplazamiento de la mayor parte de la población y la destrucción de infraestructura civil crucial".
En ese sentido, advirtió que están surgiendo "peligrosas estrategias" para hacer frente a la catástrofe humanitaria, en un contexto de desesperación en la población palestina y de colapso de la ley y el orden.  
"El reloj está corriendo. Todos, especialmente aquellos con influencia, deben insistir en que Israel actúe para facilitar la entrada y distribución sin obstáculos de la asistencia humanitaria y los bienes comerciales necesarios para poner fin al hambre y evitar todo riesgo de hambruna", concluyó Turk.
En respuesta a las palabras del funcionario, la misión diplomática israelí en la ONU alegó que Tel Aviv "está haciendo todo lo posible para inundar Gaza con ayuda, incluso por tierra, aire y mar". "La ONU también debe dar un paso al frente", agregó, citada por Reuters.
En una línea similar, el portavoz adjunto del Departamento de Estado de EE.UU., Vedant Patel, subrayó que la situación expuesta "no es algo que hayamos observado o presenciado". No obstante, reconoció que Washington está "profundamente preocupado" por los informes de una hambruna inminente en Gaza.
La declaración de Turk se realizó un día después de que el secretario general de la ONU, António Guterres, señalara que más de la mitad de los palestinos en la Franja de Gaza, 1,1 millones de personas, están al borde de la inanición, experimentando "niveles espantosos de hambre y sufrimiento", dijo en relación a un reporte del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (WFP) sobre la cuestión.
Guterres destacó que "se trata del mayor número de personas que padecen hambre catastrófica jamás registrado", e instó a Israel a permitir el pleno acceso de suministros humanitarios al territorio de Gaza "para evitar lo impensable, lo inaceptable y lo injustificable".
Las fuerzas israelíes han acordonado en gran medida el norte de la franja desde octubre pasado, y los grupos humanitarios denuncian que las restricciones, las continuas hostilidades y la ruptura de la ley y el orden han hecho casi imposible distribuir con seguridad los alimentos que se necesitan desesperadamente en el enclave palestino. En los últimos días, varios países han comenzado a lanzar ayuda desde el aire. Sin embargo, esos esfuerzos son costosos e insuficientes.