"No se puede descartar un ataque armado contra Suecia. La guerra también puede llegar a nosotros", dijo Jonson, haciendo hincapié en que su país "se encuentra en tiempos difíciles" y ha llegado la hora de "construir rápidamente una defensa total más sólida".
En su opinión, ante los peligros existentes, Estocolmo debería centrarse en "fortalecer las futuras fuerzas de defensa del país y garantizar su interoperabilidad con la OTAN".
Sus palabras fueron apoyadas por el ministro de Exteriores, Tobias Billstrom, quien insistió en la importancia de la adhesión de su país a la Alianza Atlántica, ya que ello "implicará el mayor cambio en la política de seguridad sueca en más de 200 años".
Billstrom afirmó que ahora más que nunca es "particularmente apropiado hablar sobre el futuro de la política de seguridad de Suecia, ya que claramente nos encontramos en una época de agitación histórica". Debido a ello, Estocolmo "debe participar activamente en la configuración de la futura seguridad de nuestra vecindad y de Europa", manifestó.
"La expresión más importante de que asumimos esta responsabilidad es la próxima adhesión de Suecia a la OTAN", dijo el ministro, señalando que la membresía de su país en el bloque militar "fundamentalmente rediseñará el mapa de la política de seguridad en nuestra parte de Europa".
En sus declaraciones, Billstrom acusó a Rusia de constituir "una grave amenaza para la seguridad de Suecia y Europa en el futuro previsible". "Debemos ser realistas y asumir una confrontación prolongada y estar preparados para ella", concluyó.