En el Reino Unido, en el emplazamiento nuclear de Sellafield, considerado el más peligroso de Europa, fue descubierta una fuga en un enorme depósito de residuos radiactivos, lo que despierta una preocupación por las medidas de seguridad del lugar y los posibles riesgos para el pueblo y el medio ambiente, informó el diario británico 'The Guardian'.
"La preocupación por la seguridad del edificio que se está derrumbando, así como las grietas en un depósito de lodo tóxico, han provocado tensiones diplomáticas con países como Estados Unidos, Noruega e Irlanda, que temen que el Sellafield no haya conseguido controlar los problemas", afirmó el medio.
Funcionarios de EEUU advirtieron del deterioro de la infraestructura. Entre los motivos de preocupación se encuentran las filtraciones de líquido tóxico a través de grietas en el hormigón y la falta de transparencia de las autoridades británicas sobre los problemas del emplazamiento.
La preocupación por la gestión del Sellafield también provocó tensiones con los Gobiernos irlandés y noruego. Las autoridades de Noruega temen que un accidente en las instalaciones provoque una nube de partículas radiactivas transportadas por el viento a través del mar del Norte, lo que podría tener secuelas devastadoras para la producción de alimentos y la naturaleza del país.
La fuga de líquido radiactivo representa uno de los "mayores riesgos nucleares del Reino Unido" y podría continuar hasta 2050 y tener "consecuencias potencialmente significativas" si se acelera, contaminando las aguas subterráneas, señaló el periódico británico, citando documentos oficiales.
Un informe de la Unión Europea de 2001 advertía de que el accidente en este emplazamiento nuclear podría ser más peligroso que la catástrofe de Chernóbil de 1986, que expuso a la radiación a unos cinco millones de personas en Europa. La central de Sellafield contiene una cantidad significativamente mayor de material radiactivo que la planta nuclear de Chernóbil, enfatizó el artículo.
La planta de 6 km², está situada en Cumbria, en el Reino Unido, y es un lugar de almacenamiento y desmantelamiento de residuos nucleares procedentes de programas de armamento nuclear y generación de electricidad. Estas instalaciones se utilizaron para la generación de energía nuclear entre 1956 y 2003.