Yo soy la luz del mundo 8:12-30

Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero
Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque yo sé de dónde he venido y adónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni adónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie. Pero si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el Padre que me envió. Aun en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. 
Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí. 
Entonces le decían: ¿Dónde está tu Padre? 
Jesús respondió: No me conocéis a mí ni a mi Padre. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. 
Estas palabras las pronunció en el lugar del tesoro, cuando enseñaba en el templo; y nadie le prendió, porque todavía no había llegado su hora. 
Entonces les dijo de nuevo: Yo me voy, y me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado; adonde yo voy, vosotros no podéis ir. 
Por eso los judíos decían: ¿Acaso se va a suicidar, puesto que dice: “Adonde yo voy, vosotros no podéis ir”? 
Y Jesús les decía: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, moriréis en vuestros pecados. 
Entonces le decían: ¿Tú quién eres? 
Jesús les dijo: ¿Qué os he estado diciendo desde el principio? Tengo mucho que decir y juzgar de vosotros, pero el que me envió es veraz; y yo, las cosas que oí de El, éstas digo al mundo. 
No comprendieron que les hablaba del Padre. Por eso Jesús dijo: Cuando levantéis al Hijo del Hombre, entonces sabréis que yo soy y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo estas cosas como el Padre me enseñó. Y El que me envió está conmigo; no me ha dejado solo, porque yo siempre hago lo que le agrada. Al hablar estas cosas, muchos creyeron en El.