"El Gobierno finlandés cierra todos los cruces en la frontera con Rusia, excepto el más norteño. Esto le costará a los finlandeses, según varias estimaciones, unos 3.000 millones de euros. Con su telón de acero en el este, las autoridades finlandesas castigan ante todo a sus propios ciudadanos y priva a ese país de la posibilidad de desarrollarse", advirtió el líder parlamentario.
Las autoridades de Finlandia cerraron siete de los ocho cruces fronterizos con Rusia con el argumento de la llegada de migrantes de Afganistán, Libia, Irak, Siria, Somalia y otros países que buscan pedir asilo. El cierre de los pasos fronterizos generó protestas de la población finlandesa.
Volodin auguró que el oeste de Finlandia tendrá una cascada de problemas desde un aumento brusco de los gastos militares debido a su ingreso precipitado en la OTAN hasta las consecuencias de las sanciones unilaterales ilegales que agobia a los países europeos.
"En nueve de esos países la economía este año caerá. Recesión y pérdida del 0,5 del PIB en Alemania, estancamiento en Gran Bretaña", consignó.