"A los residentes de la Franja de Gaza: la gobernación de Gaza (ciudad de Gaza) se ha convertido en un campo de batalla. Los refugios en el norte y en la gobernación no son seguros", puede leerse en los panfletos arrojados desde cazas, que llama igualmente a la población a una evacuación inmediata hacia la parte sureña del enclave palestino.
La noche del sábado, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció que la ofensiva de las FDI ha entrado en su segunda etapa en forma de "operación terrestre" que busca destruir las capacidades de Hamás y liberar a los rehenes.
En su declaración televisada, Netanyahu volvió a advertir a la población civil de Gaza de la necesidad de desplazarse al sur, al tiempo que denunció que el movimiento radical palestino utiliza hospitales y civiles en sus operaciones. 
Desde la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA, por sus siglas en inglés), catalogaron los recientes ataques de Israel como los más intensos desde el inicio de las hostilidades. Asimismo, estimó que unos 1,4 millones de civiles abandonaron sus casas y han adquirido la condición de desplazados internos, incluidos unos 657.000 que albergan las instalaciones de las Naciones Unidas, que se encuentran hacinadas.