Corrupción, hipersexualización de niñas

El tema de la comercialización e hipersexualización infantil es solo una controversia mundial, la Asociación Norteamericana de Psicología (APA) publicó un documento en el que denunciaba la tendencia sexual de los niños en las “sociedades modernas”. El documento señalaba que el fenómeno abarca desde la ropa, los zapatos, los juguetes, los videojuegos y hasta las series de televisión, inoculando sutilmente el EROTISMO PREMATURO en el universo infantil de las niñas.
El sistema de control y la Corrupción de lo femenino: las niñas se transforman en 'Lolitas'. Ropa, juguetes y series inoculan sutilmente la erotización temprana en el universo infantil de las niñas
El estudio mostró que niñas desde los cuatro años son bombardeadas con modelos exitosas que triunfan gracias a sus atributos físicos, medidas corporales y apariencia que impone el “mercado” (sistema), pero no por sus cualidades personales y profesionales. Diez años después esta tendencia, lejos de corregirse, ha crecido.
“Es un fenómeno tan crónico, tan incorporado que a veces los adultos ni se dan cuenta : sujetadores con o sin relleno para niñas de ocho años, tacones, tops y minifaldas, heroínas de serie con cuerpos esculturales, buffets infantiles que proponen belleza concursos, desfiles de belleza y moda en pasarela en fiestas de cumpleaños… Incluso se habla de una llegada temprana a la adolescencia, una etapa desconocida hace unas generaciones denominada preadolescencia que tristemente encoge la infancia, reduciéndola a años cada vez más escasos”.
Las razones fundamentales son, como casi siempre, el consumo: la moda, principal artificio de la utilización de chicas en anuncios como Lolitas cada vez más jóvenes , promueve esta imagen como poderoso gancho comercial para vender sus productos. Todo está a la venta en una sociedad ultra materialista, todo puede ser usado para generar dinero, incluso la infancia corrupta y prostituida.
Por otro lado, vivimos en una sociedad con profundas contradicciones y con grandes dosis de moral ambigua. El sexo siempre vende, y la actitud de la sociedad hacia la sexualidad femenina es confusa y está anclada en estándares sexistas, por decir lo menos.
Por un lado, se critica a una mujer que viste provocativamente, pero por otro lado, una chica vestida de mujer, maquillada, con tacones y minifalda, es aceptada tanto como una mujer vestida de chica. bordeando los límites de la pedofilia.
Es el síntoma de una cultura de una sociedad enferma que coquetea desde la infancia con el mercado sexual y que sigue anclada en estándares que enmarcan el género femenino como un accesorio' (NT: y como un mero producto de consumo).
El verdadero veneno de todo esto es que la mayoría de las niñas crecerán sin el espíritu crítico necesario para salir de este guión y pasarán gran parte de su vida intentando encajar en las medidas físicas, (estándares de belleza, forma de vestirse (o desvestirse) ) que el sistema determina son las correctas) en un guión unilateral que no fue decidido ni negociado por ellas porque proviene del mercado y del género masculino. Luego pasarán otra parte de su vida tratando de preservar lo que puedan de estas medidas y sometiéndose a cirujanos plásticos, dietas y la ansiedad de una carrera contrarreloj que invariablemente perderemos.
Los efectos sobre el desarrollo normal de una niña son los que se derivan de romper el equilibrio y saltarse pasos. Por ejemplo, tenemos datos de que, en Francia, el 37% de las chicas afirma estar a dieta, las conversaciones sobre moda y peso ideal aparecen pronto, las chicas son constantemente estimuladas por la televisión y las revistas juveniles, y asumen con una naturalidad perversa su condición de objetos sexuales, adquieren la creencia de que la sociedad los valorará según su apariencia más o menos atractiva para los hombres.
Un ejemplo muy claro es que un regalo cada vez más frecuente de los padres antes de los 18 años es un aumento de pecho. Otro síntoma alarmante derivado de este desajuste es el alarmante aumento de los porcentajes de niñas afectadas por trastornos alimentarios, principalmente anorexia y bulimia, que ya se detectan entre los 5 y los 9 años.
Además, sobre todo, esta hipersexualización del universo infantil femenino conduce a un acercamiento muy violento y distorsionado al mundo de la sexualidad adulta, perdiendo experiencias esenciales que van introduciendo, de forma sana y paulatina, una parte esencial de lo que será después. sea ​​su vida conyugal y su familia forma de entender las relaciones sociales, no sólo sexuales. El erotismo, la sensualidad, la sexualidad son capacidades que se irán desarrollando paulatinamente, asumiendo una forma específica en cada etapa de desarrollo y acercándose a los estándares adultos en la adolescencia.
Hay sexualidad en los niños, obviamente, porque es una condición humana, pero muy diferente a lo que los medios les muestran a ellos ya nosotros. Se expresa en la conciencia de la identidad de género, en saberse hombre o mujer, en el juego de roles (cuando juegan a la casita), en la sana y natural curiosidad por conocer las diferencias en el cuerpo del otro, pero no hay erotización en esto. Es un proceso que, si no es manipulado por intereses comerciales y tóxicos, conducirá a una sexualidad adulta libre.
Los padres (conscientes de esta alarmante situación), tenemos la responsabilidad de neutralizar, en lo posible, toda esta influencia externa, pero para eso necesitamos estar muy atentos y muy presentes, seguir con interés lo que leen y ven, filtrar y canalizar lo que les llega de todos lados, medir los medios (y sobre todo, PREDICAR CON EL EJEMPLO).
No permita que vaya a lugares o realice actividades que no sean apropiadas para su edad, solo porque otros niños lo hacen. Se parte de la solución, no del problema. Educar en valores que prioricen el esfuerzo, la ganancia, el espíritu cooperativo y la igualdad. Y, sobre todo, ofrecer una referencia sólida a través del ejemplo.
Así, cuando lleguen los años difíciles, la adolescencia, precoz o no, echará raíces. Tendrán criterios. No serán invulnerables, obviamente estarán sujetos a las presiones sociales, pero habremos dejado una base sólida en su personalidad que les ayudará a saber diferenciarse y salir ilesos de esta difícil e imprescindible etapa.