Auguran una crisis de agua en Europa

La sequía y los incendios forestales que azotan este verano los países del sur de Europa son indicios de un problema complejo de escasez de agua, que tiene mucho que ver con el cambio climático, estiman en el periódico Financial Times.
El problema ha llegado a un punto en el que los agricultores, que son los mayores consumidores de recursos hídricos, se enfrentan en la calle con los grupos ambientalistas en Francia y España. Al mismo tiempo, la condición de estrés hídrico se expande más allá de las tierras más secas de Europa y se registra en muchos lugares de Polonia y Alemania, entre otros países.
El gerente del equipo de agua en la dirección de medioambiente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Xavier Leflaive, le manifestó al medio: "no hay ningún país en Europa que pueda pretenderse protegido". En su opinión, ha llegado el momento de cambiar la forma de distribución y consumo de agua para que refleje la escasez, por lo que se requieren "reformas muy complicadas y políticamente difíciles", pero esenciales.
Mientras tanto, el 25 % del agua potable se pierde en promedio en la Unión Europea a través de tuberías con fugas, según cálculos de la ONG EurEau. Bulgaria, Rumania e Italia muestran los peores índices en este sentido, y Roma lo ejemplifica con el 42 % de agua que se desperdicia, debido a la obsoleta infraestructura de suministro hídrico. 
La situación se ve agravada por la falta crónica de inversiones en la materia.
El medio recoge la opinión de un agricultor español, José Gilabert, que tiene agotadas las reservas de agua subterránea de sus olivares en Andalucía y prevé solo el 30 % de la cosecha habitual de aceitunas este año. La dura y temprana sequía, dice, desencadenó una "espiral diabólica" y la escasez de agua significa para él que no ganará dinero.
La desalentadora previsión del Instituto de Recursos Mundiales dejó en claro en 2020 que la demanda global de agua dulce superaría la oferta disponible en un 56 % dentro de una década.