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En la noche del 13 a 14 de septiembre se produjeron choques armados en varios tramos de la frontera entre Armenia y Azerbaiyán, que se acusan mutuamente del estallido de la tensión.
Ereván asegura que las fuerzas azeríes atacaron con artillería y drones tres provincias del este. Bakú, por su parte, dice que las tropas armenias fustigaron con fuego sus posiciones en la frontera y acusa a ese país de malograr el proceso de paz.
Ereván informó de 105 muertos por las hostilidades.
Armenia solicitó el apoyo de Rusia, a la que le une un tratado de amistad, cooperación y ayuda recíproca, así como a sus aliados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), que ya anunció el envío de una misión de evaluación al Cáucaso Sur.
El Ministerio de Defensa de Armenia confirmó que el fuego cesó a las 16:00 GMT del 14 de septiembre, y que en la noche del 14 al 15 de septiembre no hubo mayores incidentes en la frontera.
El último brote de hostilidades, el mayor en casi dos años, ocurrió en territorios fronterizos fuera de Nagorno Karabaj, región de población mayoritariamente armenia por la que Ereván y Bakú libraron varias guerras desde su secesión en 1988 de la entonces República Socialista Soviética de Azerbaiyán.
