"Si se lleva a cabo este despreciable juicio, si nuestro pueblo es llevado a este escenario en violación de todos los acuerdos, de todas las normas internacionales [...]. Esta será la línea más allá de la cual cualquier negociación será imposible. Rusia se aislará de las negociaciones. No habrá más conversaciones. Nuestro Estado lo ha dicho todo", afirmó el mandatario a través de su canal de Telegram.
Por su parte, el líder de la República Popular de Donetsk (RPD), Denís Pushilin, instó a tomar las declaraciones del presidente ucraniano con "cierto escepticismo", ya que no es la primera vez que enumera sus 'líneas rojas' para no continuar con las conversaciones de paz.
"Vale la pena tomar las palabras de Zelenski con cierto escepticismo, porque tuvo la oportunidad de negociar en el formato de Minsk y en otras plataformas diplomáticas para prevenir lo que está pasando ahora, y entrar en razón y calmar a esos neonazis cuando esto todavía era posible", comentó Pushilin.
A finales de mayo, el líder de la RPD indicó que la primera fase del juicio a los nacionalistas ucranianos rendidos en Mariúpol podría celebrarse "antes de final de verano". Pushilin prometió que el proceso judicial sería "plenamente abierto" y "plenamente transparente" para que nadie tenga dudas sobre "la corrección de ciertas decisiones".
Posteriormente, en agosto, Pushilin reiteró que el juicio en la República Popular de Donetsk de los prisioneros ucranianos es inevitable. "Hay una preparación activa del tribunal. Lo más probable es que el primer tribunal tenga lugar en Mariúpol", declaró, citado por TASS. "La tarea consiste en llevar a cabo el tribunal de la manera más abierta posible", agregó Pushilin, precisando que para ello hace falta una base de pruebas exhaustiva, así como es necesario invitar a figuras internacionales y a los medios de comunicación.
