La Fiscalía General de Rusia aseguró que recogió evidencias de los atroces crímenes del batallón nacionalista ucraniano Azov contra la población civil en Donetsk y Lugansk.
"En el proceso participaron defensores de derechos, periodistas y activistas que durante años seguían la actividad de Azov. Ellos presentaron vídeos y audios, incluidos declaraciones de los testigos, que evidencian las torturas y los asesinatos de civiles, entre ellos niños", dijo el fiscal general Ígor Krasnov al periódico Kommersant, al referirse al proceso para declarar terrorista al grupo ucraniano.
El 2 de agosto, el Tribunal Supremo de Rusia declaró al batallón ucraniano Azov organización terrorista.
Krasnov indicó que se hallaron evidencias de los ataques premeditados del sanguinario batallón contra las instalaciones civiles y la colocación de artefactos explosivos en lugares concurridos.
"Recogimos pruebas de los delitos terroristas de Azov (...) También se hallaron evidencias que los integrantes del batallón usaban armas y métodos prohibidos de guerra", señaló.
Los investigadores, consignó el fiscal, "llegaron a la conclusión inequívoca que Azov actuaba como una formación nacionalista basada en la ideología nazi".
"Los crímenes perpetrados por los integrantes de Azov podrían compararse por su crueldad con los actos de los invasores fascistas alemanes y sus cómplices en los años de la Segunda Guerra Mundial. Establecimos hechos que evidencian que los miembros de Azov se basaban en la ideología del fascismo, incluidos sus símbolos y consignas", remarcó.
El batallón Azov surgió como una unidad de voluntarios de ideología neonazi tras el golpe de Estado que se produjo en Ucrania en febrero de 2014 y luego pasó a formar parte de la Guardia Nacional de ese país.