La sequía histórica que azota diferentes regiones del planeta, Europa en especial, ha obligado a los gobiernos a implementar diferentes medidas para paliar las consecuencias de las altas temperaturas y la prolongada falta de lluvias.
Francia es una de los países europeos más afectados, donde esta semana 76 de sus 93 departamentos fueron declarados en estado de "crisis", el más alto en un sistema de alerta de cuatro niveles. Las autoridades locales han limitado el uso del agua.
En el marco de las restricciones, los agricultores deben reducir el riego hasta la mitad de lo habitual o en más del 50 %, dependiendo del nivel de alarma. Mientras que los particulares no pueden regar sus jardines o lavar los coches en determinados horarios. En las regiones en "crisis" los agricultores y otros sectores de la economía como el industrial tienen prohibido bombear el líquido vital de los acuíferos, y solo se autoriza para las áreas de salud, consumo humano y saneamiento.
La prolongada escasez de precipitaciones también se siente en las centrales hidroeléctricas. En la primera semana de agosto los embalses operados por el gigante EDF, el principal productor y distribuidor de electricidad de Francia y de la Unión Europea, descendió hasta un 64 % de su capacidad. "La situación es alarmante. Las reservas se están agotando en todo el país", advirtieron desde EDF.
Por su parte, las fábricas en Alemania corren el riesgo de tener que reducir o detener la producción porque los niveles de agua en el río Rin dificultan el transporte de carga. Esta importante vía fluvial actualmente es intransitable en algunos tramos. "La sequía en curso y los bajos niveles de agua amenazan la seguridad del suministro a la industria", dijo el subdirector de la Confederación de la Industria Alemana (BDI), Holger Lösch.
"Es solo cuestión de tiempo para que las instalaciones de la industria química y siderúrgica tengan que apagarse, el petróleo y los materiales de construcción no lleguen a su destino, y los transportes de mercancías pesadas y de gran capacidad ya no se puedan realizar" por la vía fluvial, agregó.
El Rin conecta el interior de Europa con los puertos y grandes depósitos de petróleo en Países Bajos. Esta semana su caudal cerca de la frontera germano-neerlandesa llegó a 0 en el indicador de profundidad, aunque en otros trayectos todavía tiene una profundidad de casi 2 metros y un escenario poco alentador.
Los habitantes de más de 300 municipios españoles están sufriendo restricciones en el acceso al agua potable y/o cortes del suministro durante varias horas del día, en una situación que lleva semanas extendiéndose por todo el país debido a la sequía, informa Público.
Las restricciones incluyen el lavado de coches, el riego de jardines y el llenado de piscinas, además de la reducción del consumo en los servicios públicos, y/o por cortes de agua y reducciones de la presión en el suministro durante varias horas al día. Buena parte de esas localidades reciben un suministro alternativo mediante cisternas.
Además, las altas temperaturas han provocado cientos de incendios forestales en diferentes regiones de España, donde las llamas hasta el momento han arrasado una superficie de más de 286.000 hectáreas.
En otras naciones de la Unión Europea como Italia, Austria, Reino Unido, Noruega, Rumania y Países Bajos también se han impuesto racionamientos o restricciones al uso del líquido vital.
El país es uno de los más afectados por los incendios forestales a causa de las altas temperaturas y falta de precipitaciones. Las llamas han arrasado ya con alrededor de cinco millones de hectáreas tanto en sus regiones europeas como asiáticas. En las últimas 24 horas, la superficie calcinada superó las 100.000 hectáreas, 17.000 más que el día anterior.
Un gran número de efectivos de emergencia se encuentran trabajando en las zonas afectadas intentando controlar las llamas. Esta semana, los incendios forestales en la provincia de Riazán afectaron varias reservas naturales y el esmog llegó hasta la capital rusa, Moscú.
El inusual verano afecta no solo a naciones de Europa, sino también a otros países del mundo. EE.UU. es uno de ellos, donde la sequía está causando graves estragos en el sector agropecuario. Se prevé que los productores de algodón pierdan más del 40 % de la cosecha total, y los precios de esta materia prima ya han empezado a subir, informa The Wall Street Journal.
Además, casi tres cuartas partes de los agricultores estadounidenses aseguran que están eliminando sus cultivos porque no alcanzarán la madurez. Algo similar ocurre en la ganadería con los granjeros vendiendo buena parte de sus rebaños antes de tiempo, debido a la falta de agua y pasto.
Otros de los factores que obligan al sector agropecuario a tomar estas drásticas medidas es la alta inflación, los elevados precios del combustible y de los fertilizantes e insumos. Desde la Federación Estadounidense de Oficinas Agrícolas advierten que los efectos de esta sequía se sentirán en los próximos años, no solo para los agricultores y ganaderos, sino también para los consumidores puesto que la reducción de rebaños y destrucción de árboles frutales se reflejarán en los precios finales.
El gigante asiático también atraviesa por una sequía histórica con temperaturas extremas, con los caudales de ríos y lagos cayendo a los niveles más bajos registrados en el país. Las reservas en los principales embalses de la provincia de Sichuan son entre un 20 y un 50 % menor, lo que hace que su capacidad de generación hidroeléctrica disminuya "drásticamente". Como consecuencia, en algunas regiones se ha comenzado a limitar el suministro de electricidad a hogares, oficinas y centros comerciales.
Las altas temperaturas también afectan a la provincia de Henan, la principal productora de trigo, que representa una cuarta parte de la producción nacional del cereal. Sin embargo, los expertos disiparon las preocupaciones por una posible escasez de alimentos en China, afirmando que el país cuenta con reservas estables de grano y es un gran productor que puede alcanzar la "autosuficiencia alimentaria".