El presidente ucraniano pide a China que utilice todo su peso político e influencia económica para que Rusia ponga fin a la operación militar en Ucrania.
“Es un Estado muy poderoso. Es una economía poderosa [...] Así que puede influir política y económicamente en Rusia. Y China es miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”, ha dicho Volodímir Zelenski en una entrevista concedida este jueves al diario hongkonés South China Morning Post.
El jefe de Estado ucraniano ha detallado que quiere “hablar directamente” con el presidente chino, Xi Jinping, y señalado que desde que Rusia lanzó su operación militar especial en Ucrania en febrero, Kiev ha pedido oficialmente un contacto con el mandatario chino, cosa que no se ha dado, pero “sería muy útil”, asegura.
Zelenski ha afirmado que entiende que Pekín desea mantener una actitud “equilibrada” hacia el conflicto ruso-ucraniano, pero ha dicho que le “gustaría que China revisara su postura hacia la Federación Rusa”.
El mandatario ucraniano, quien ha pedido en reiteradas veces al Occidente castigar la economía rusa, ha señalado que “sin el mercado chino, Rusia quedaría del todo aislada económicamente”.
Zelenski ha concluido expresando su esperanza de que el gigante asiático se una a otros países en ayudar a la reconstrucción de Ucrania tras el conflicto.
Rusia inició su operación en Ucrania el 24 de febrero y explicó que estaba destinada a evitar las actividades expansionistas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) liderada por Estados Unidos y que cada vez más acumulaba fuerzas y equipos en territorio ucraniano. Moscú también busca desmilitarizar y desnazificar el país eslavo.
Desde el inicio del conflicto, China ha optado por mantener una postura neutral al respecto. Sin embargo, Pekín se ha abstenido a acatar las sanciones impuestas por el Occidente a Moscú, además de que se ha opuesto al suministro de armas occidentales a Ucrania, avisando que la entrega de ingentes cantidades de armas a Kiev agrava la crisis.
China acusa a Washington de mantener una política de bloques propia de la Guerra Fría para aumentar la tensión en el este de Europa, y considera el diálogo la única salida a esa crisis.