Ejércitos 'proxy' del Pentágono

Estados Unidos habría utilizado una facultad secreta para lanzar más de una veintena de guerras subsidiarias o guerras 'proxy' desde 2017, según un artículo publicado el viernes por The Intercept, que cita como fuente documentos nunca antes vistos, así como varios altos funcionarios conocedores de estos programas.
El medio, que recibió los documentos a través de la Ley de Libertad de Información, afirma que estos archivos son la primera confirmación oficial de que al menos 14 de los llamados "programas 127e" todavía estaban activos en el gran Oriente Medio y Asia-Pacífico en 2020. En total, el Pentágono habría lanzado 23 programas de este tipo en todo el mundo entre 2017 y 2020, lo que habría supuesto un coste de 310 millones de dólares a los contribuyentes estadounidenses.
The Intercept explica que 127e es una de las varias facultades prácticamente desconocidas concedidas al Departamento de Defensa por el Congreso en las últimas dos décadas. En particular, autoriza a los comandos estadounidenses a llevar a cabo "operaciones antiterroristas" en cooperación con tropas extranjeras y fuerzas irregulares de países asociados en todo el mundo con mínima supervisión externa.
Asimismo, el programa permite a EE.UU. armar, entrenar y proporcionar inteligencia a fuerzas extranjeras. Sin embargo, a diferencia de los programas tradicionales de ayuda al exterior, que se centran en el aumento de las capacidades locales de los países asociados, las fuerzas 127e están concebidas para seguir las órdenes de EE.UU. y realizar misiones dirigidas por Washington contra los enemigos de EE.UU. para alcanzar los objetivos estadounidenses, sirviendo en esencia de ejércitos 'proxy' del Pentágono.
Según el medio, casi ninguna información relativa a estas operaciones se comparte con miembros del Congreso o funcionarios del Departamento de Estado. Por lo general, se desconoce dónde se llevan a cabo estas operaciones, su frecuencia, sus objetivos o incluso la identidad de las fuerzas extranjeras con las que EE.UU. coopera para llevarlas a cabo.
Un funcionario gubernamental conocedor del programa señaló bajo anonimato a The Intercept que la mayoría de los congresistas ni siquiera tienen la autorización para ver los informes sobre 127e, y que aquellos que sí la tienen rara vez los solicitan. "Esto fue diseñado para evitar la supervisión", explicó.