En la encuesta realizada a principios de junio participaron casi 1.400 estadounidenses con ingresos anuales de entre 30.000 y 100.000 dólares. El 71 % de ellos aseguró que redujo el gasto en comida fuera de casa, frente al 57 % en marzo. Casi el mismo número (el 69 %) afirmó que planea seguir utilizando sus dispositivos tecnológicos actuales en vez de renovarlos, mientras que en marzo la cifra no llegaba ni a la mitad (el 44 %). A su vez, el 49 % dijo que planea presupuestar o reducir el gasto en víveres, frente al 37 % en marzo.
Muchos también tuvieron que reevaluar compras significativas: más de un tercio (el 38 %) ya ha retrasado una compra importante debido al aumento de las tasas de interés, incluido el mayor aumento de la Reserva Federal estadounidense en casi tres décadas.
Para mantenerse a flote, los estadounidenses recurren cada vez más a las tarjetas de crédito, según la investigación. Alrededor del 29 % de los encuestados aseguró que su deuda de tarjetas de crédito había aumentado en junio. "Están utilizando las tarjetas de crédito para cubrir la brecha", indicó a CBS el director general de Primerica, Glenn J. Williams, señalando que no tiene nada de malo el recurrir a este método para superar un período de escasez. "Pero cuanto más tiempo pasa, más se acumulan esos saldos. Eso crea un obstáculo que puede ser difícil de superar en el futuro", sostuvo.
Y si bien un poco más de la mitad de los participantes (el 54 %) se sienten satisfechos con su situación financiera, no se muestran tan optimistas en cuanto a la situación económica en EE.UU. Alrededor del 77 % cree que el país entrará en recesión para finales de año.
La inflación en el país norteamericano se disparó en junio, llegando al 9,1 %, cifra que representa el ritmo más rápido de incremento inflacionario en la nación para un periodo de 12 meses desde noviembre de 1981.
