El ministro de Clima y Energía de Países Bajos, Rob Jetten, y el secretario de Estado de Minería, Hans Vijlbrief, anunciaron este lunes en rueda de prensa las medidas de emergencia que el Gobierno neerlandés decidió tomar para hacer frente a la "crisis del gas". Al decretar el primer nivel de la crisis, el Gabinete optó por quemar más carbón.
Para evitar abrir el grifo del gas por el momento y acumular las reservas para el próximo invierno, cuando haga falta calentar los hogares, Países Bajos permitió el pleno funcionamiento de las tres centrales carboneras que quedan en el país hasta 2024.
Hasta ahora el rendimiento de esas centrales se limitaba a un máximo del 35 % debido a la alta contaminación que supone la quema de carbón, pero dada la emergencia, podrán quemar el combustible fósil en su totalidad. Jetten también aseguró que planean tomar medidas adicionales para compensar la huella de CO2 que van a dejar esas plantas.
"Ahora no hay una escasez aguda, pero vemos que cada vez hay más países que se ven presionados", argumentó el ministro. "Por ello, queda cada vez más incierto que podamos llenar nuestras instalaciones de almacenamiento lo suficientemente. Eso nos preocupa", agregó.
Por su parte, las autoridades están trabajando en los incentivos y ayudas para la población. Según explicó Jetten, habrá subvenciones gubernamentales para las empresas que reduzcan el consumo del gas y apoyo material para los ciudadanos que tienen dificultades para costear las elevadas facturas energéticas, pero esas medidas se anunciarán más tarde.
Al decidir quemar más carbón para limitar el uso de gas antes de la llegada de invierno, el Gobierno neerlandés sigue los pasos de Alemania, cuyo ministro de Energía instó a las centrales eléctricas carboneras del país a prepararse para iniciar las actividades lo antes posible.