El secretario general de la ONU, António Guterres, ha advertido este miércoles que la escasez mundial de alimentos podría golpear el planeta en los próximos meses y ha señalado que una hambruna global no podría paliarse sin el acceso a alimentos y fertilizantes rusos y bielorrusos, así como al grano ucraniano.
"Seamos claros: no hay una solución efectiva a la crisis alimentaria sin reintegrar la producción de alimentos de Ucrania, así como los alimentos y fertilizantes producidos por Rusia y Bielorrusia, en los mercados mundiales, a pesar de la guerra", declaró Guterres.
"Rusia debe permitir la exportación segura de granos almacenados en puertos ucranianos. Se pueden explorar rutas de transporte alternativas, incluso si sabemos que por sí solas no serán suficientes para resolver el problema", dijo, aseverando que, por otra parte, "los alimentos y fertilizantes rusos deben tener acceso sin restricciones a los mercados mundiales sin impedimentos indirectos".
El jefe de la organización mundial recordó que Rusia y Ucrania producen cerca de un tercio del trigo y la cebada a nivel mundial, así como el 50 % del aceite de girasol, mientras que Rusia y Bielorrusia "son los productores número dos y tres del mundo de potasa, un ingrediente clave de los fertilizantes".
Guterres afirmó que ha mantenido un "contacto intenso" con Moscú, Kiev, Ankara, Washington, la Unión Europea, así como con otros países clave para abordar este asunto y encontrar una posible solución. "Tengo esperanzas, pero todavía queda un largo camino por recorrer. Las complejas implicaciones económicas, financieras y de seguridad requieren buena voluntad de todas las partes para llegar a un acuerdo global. No entraré en detalles porque las declaraciones públicas podrían socavar las posibilidades de éxito", indicó.
A finales de marzo, el secretario general de la ONU alertó de que los efectos derivados del conflicto en Ucrania podrían desatar una hambruna mundial. "Las repercusiones se están sintiendo en todo el mundo con el aumento vertiginoso de los precios de los alimentos, la energía y los fertilizantes, que amenaza con convertirse en una crisis mundial de hambre", declaró Guterres.