Se trata de la cabeza estucada de la más importante deidad del panorama maya de dioses, explicaron las autoridades.
"Dentro de un receptáculo semicuadrado formado de tres paredes y bajo una capa de tierra suelta emergieron la nariz y la boca semiabierta de la divinidad", detalló el INAH.
"Conforme avanzó la exploración se constató que la escultura es el eje de una rica ofrenda que se dispuso sobre un estanque de piso y paredes estucadas de casi un metro de ancho por tres metros de largo, aproximadamente, para emular el ingreso de este dios al inframundo en un entorno acuático", abundó.
El hallazgo, sostuvo el investigador Arnoldo González Cruz, da cuenta de que los mayas de Palenque revivían el paisaje mítico sobre el nacimiento, la muerte y la resurrección del Dios del Maíz.
La cabeza mide unos 45 centímetros de largo y 16 centímetros de ancho, además de tener 22 centímetros de altura. Estaba colocada en una orientación este-oeste, lo que podría representar el nacimiento de la planta de maíz con los primeros rayos de sol.
La pieza pertenece al periodo clásico tardío de la civilización maya, determinaron los investigadores, es decir, entre los años 700 y 850 de nuestra era.
"Todo el espacio sería clausurado con tierra y tres muros pequeños, dejando la cabeza del joven Dios del Maíz dentro de una especie de caja, donde permaneció oculta por alrededor de 1.300 años", indicó el INAH.
"Debido a que la pieza se halló en un contexto de humedad, actualmente se encuentra en un proceso de secado paulatino para posteriormente dar paso a su restauración, a cargo de especialistas de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural", señalaron las autoridades culturales de México.
