Comunidades indígenas de Canadá quieren disculpas de la reina Isabel II

Líderes indígenas canadienses y sobrevivientes de los abusos cometidos contra esas comunidades en escuelas residenciales administradas por la Iglesia anglicana en el país, durante los siglos XIX y XX, piden una disculpa de la reina Isabel II, informa CBC News.
Aprovechando la visita esta semana a Canadá del príncipe Carlos y su esposa Camila, esos grupos étnicos buscarán abordar este tema y trasmitir su mensaje. Así lo manifestó Cassidy Caron, presidenta del organismo que representa al pueblo métis —una de las tres naciones aborígenes del país—, quien se reunirá con la pareja.
"Requerimos de servicios básicos en nuestras comunidades, necesidades que se derivan de la colonización y la asimilación. Algunas reparaciones financieras serían absolutamente útiles para ayudarnos a avanzar", asegura Caron, reiterando que las víctimas necesitan además "mucha sanación".
Entre tanto, miembros de las Primeras Naciones —tal y como se denominan los pueblos indígenas en Canadá— consideran que la Corona británica violó los tratados que había firmado con ellos, como el que prometía compartir recursos. En opinión de Paul Andrew, sobreviviente de una de las escuelas públicas administradas por la Iglesia anglicana, Isabel II debe asegurarse de que no haya más entregas de tierras y que se respeten los derechos indígenas. "Una disculpa sería buena, pero creo que es mucho más importante que veamos el tipo de acción que se necesita", expresó.
La Iglesia anglicana, o Iglesia de Inglaterra, cuya gobernadora suprema es actualmente, precisamente, Isabel II, dirigió la mayor cantidad de residencias para indígenas (36) —en comparación con la Iglesia católica— y operó más de 150 centros educativos diurnos entre 1820 y 1969. Como parte de una política gubernamental de asimilación forzada, se calcula que en estos lugares unos 150.000 niños indígenas fueron aislados de sus familias, negándoles así su idioma y cultura. Además, muchos fueron abusados ​​física y sexualmente por directores y maestros.
"También deberían disculparse sinceramente por la pérdida de nuestro propio ser indígena. Eso sería algo realmente bueno, también para la sanación y la reconciliación con los anglicanos, así como para el pueblo real", considera Irniq, sobreviviente de una de las escuelas federales diurnas.
El pasado 1 de abril, el papa Francisco se disculpó por los abusos cometidos por su Iglesia contra los indígenas canadienses luego de reunirse días antes en el Vaticano con una delegación de sobrevivientes de las Primeras Naciones, metis y grupos aborígenes inuit, y escuchar sus "historias de sufrimiento, privaciones, trato discriminatorio y diversas formas de abuso".
Justin Welby, arzobispo de Canterbury —primado de la Iglesia de Inglaterra— se disculpó recientemente en Canadá por el papel de la institución religiosa en la vida de los indígenas. "Lamento que la Iglesia haya menospreciado su espiritualidad, denigrado y socavado su cultura y tradición, y sobre todo su idioma", aseguró.
Pese a las claras muestras de arrepentimiento, no todos están de acuerdo en que exigir una disculpa de la Familia Real sea lo correcto. Murray Sinclair, expresidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, cree que eso solo podría empeorar las cosas y llevarlas a un plano político innecesario. "Simplemente nos restará valor y nos distraerá de una conversación más importante que debemos tener sobre qué podemos hacer para cambiar la forma en que somos, las relaciones que tenemos", cree.