Cuando Jesús oyó que Juan el Bautista estaba en la cárcel, se marchó a la región de Galilea. Pero no volvió a su casa en Nazaret, sino que se fue a vivir a Cafarnaúm. Este pueblo se encuentra a orillas del Lago de Galilea. Allí vivieron las tribus israelitas de Zabulón y de Neftalí.
Así se cumplió lo que Dios había dicho por medio del profeta Isaías, cuando escribió: Escucha, tierra de Zabulón, que estás cerca del gran mar; escucha, tierra de Neftalí, que estás al oeste del río Jordán; escucha tú, Galilea, tierra de extranjeros. Aunque tu gente viva en la oscuridad, verá una gran luz, una luz alumbrará a los que vivan en sombra de muerte.
Desde entonces, Jesús comenzó a decirles a todos: Vuélvanse a Dios, porque su reino se va a establecer aquí.