Recuérdales a los creyentes que se sometan al gobierno y a sus funcionarios, tienen que ser obedientes, siempre dispuestos a hacer lo que es bueno.
No deben calumniar a nadie y tienen que evitar pleitos, en cambio, deben ser amables y mostrar verdadera humildad en el trato con todos.
En otro tiempo nosotros también éramos necios y desobedientes, fuimos engañados y nos convertimos en esclavos de toda clase de pasiones y placeres. Nuestra vida estaba llena de maldad y envidia, y nos odiábamos unos a otros.
Pero: «Cuando Dios nuestro Salvador dio a conocer su bondad y amor, él nos salvó, no por las acciones justas que nosotros habíamos hecho, sino por su misericordia., nos lavó, quitando nuestros pecados, y nos dio un nuevo nacimiento y vida nueva por medio del Espíritu Santo.
Él derramó su Espíritu sobre nosotros en abundancia por medio de Jesucristo nuestro Salvador. Por su gracia él nos declaró justos y nos dio la seguridad de que vamos a heredar la vida eterna».
Esta declaración es digna de confianza, y quiero que insistas en estas enseñanzas, para que todos los que confían en Dios se dediquen a hacer el bien. Estas enseñanzas son buenas y de beneficio para todos.
No te metas en discusiones necias sobre listas de linajes espirituales o en riñas y peleas acerca de la obediencia a las leyes judías. Todo esto es inútil y una pérdida de tiempo.
Si entre ustedes hay individuos que causan divisiones, dales una primera y una segunda advertencia. Después de eso, no tengas nada más que ver con ellos.
Pues personas como ésas se han apartado de la verdad y sus propios pecados las condenan.