La ley texana del latido de corazón del feto ha alborotado el debate sobre el aborto en EEUU, ha espantado a las patronales abortistas y ha suscitado reacciones furibundas de los políticos más poderosos de EEUU (es decir, del mundo), el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris.
En 2019, una investigación de la British Heart Foundation (BHF) calculaba que a los seres humanos nos empieza a latir el corazón muy pronto, a los 16 días después de la fecundación, pero es tan pequeño que resulta difícil medirlo. A la sexta semana de embarazo, sin embargo, ya cualquier ecografía puede detectar el latido de nuestro corazón, infantil pero muy activo, visible y audible.
La Senate Bill 8 de Texas, aprobada en mayo y firmada por el gobernador republicano Greg Abbott, prohíbe los abortos si se detecta el latido del corazón del feto y ha espantado a las empresas abortistas.
La Senate Bill 8 de Texas, aprobada en mayo y firmada por el gobernador republicano Greg Abbott, prohíbe los abortos si se detecta el latido del corazón del feto y ha espantado a las empresas abortistas.
Los 11 abortorios de la patronal Planned Parenthood en este estado han dejado de aceptar visitas para abortos de más de seis semanas, según una noticia del martes de NBC News, y las 4 clínicas abortistas de la patronal Whole Woman's Health han anunciado que cumplirán la ley y no realizarán abortos "si se detecta actividad cardíaca".
El lobby abortista Centre for Reproductive Rights intentó una maniobra para que el Tribunal Supremo de EEUU bloqueara la ley, pero este 1 de septiembre el Supremo decidió (por 5 votos contra 4) que los solicitantes no justificaban debidamente su petición, sin entrar a valorar el fondo de la ley.
La juez del Supremo Sonia Sotomayor, militantemente pro-aborto, sí difundió una nota acusando a sus compañeros de "esconder la cabeza bajo tierra" ante lo que considera "una ley flagrantemente inconstitucional diseñada para impedir a las mujeres ejercer sus derechos constitucionales y evadir el escrutinio judicial". Pero si es inconstitucional o no lo tendrá que dictaminar en otra ocasión, que parece hoy por hoy lejana.
Lo cierto es que la ley es peculiar, original y, como ya se ha comprobado, tiene aterrada a la patronal abortista y no va a poder ser bloqueada, como ha sucedido en otros estados con otras leyes similares, por jueces locales militantes pro-aborto a raíz de cualquier caso,
¿Qué la hace tan especial? Varias cosas:
- obliga antes del aborto a realizar una ecografía en busca del latido del feto
- si se realiza un aborto a un feto cuyo corazón ya late, cualquier ciudadano puede denunciar a los implicados (médicos, asistentes, etc...) por la vía civil (no a la embarazada)
- la denuncia la puede presentar cualquier persona, no hace falta ni que sea de Texas... y la asociación provida Texas Right to Life ya se postula para recoger denuncias contra quienes hagan abortos sin prueba de latido o sabiendo que el corazón ya late
- si la demanda tiene éxito y se condena a los culpables, los demandantes pueden ser recompensados con un mínimo de 10.000 dólares (más costes judiciales, etc...), por lo que sale a cuenta demandar, especialmente a través de una asociación especializada
- no es fácil frenar esta ley porque no se puede recurrir contra demandas que aún no se han producido y que podría plantear cualquier estadounidense
- sienta un precedente con una de las fronteras abortistas de la sentencia de Roe vs. Wade, la polémica sentencia del Supremo que en 1973 obligó a todos los Estados de EEUU a aceptar todos los abortos "antes de que los fetos sean viables" (que en ese momento establecía entre las 23 y 24 semanas, pero con la tecnología actual prosperan bebés que nacen con 21 semanas y 340 gramos, como el pequeño Richard Hutchinson).
Se considera que la ley puede afectar a hasta el 85% de la demanda de abortos en Texas... pero si baja tanto que no es rentable, las clínicas tendrán que cerrar. También pueden ofrecer viajes para abortar en otros Estados, pero aún así muchas mujeres tendrán más tiempo para pensarlo mejor y para buscar otras ayudas y alternativas.
Texas tiene 29 millones de habitantes y unos 55.000 abortos provocados al año (un 6,4% del total de EEUU, según datos de 2017 del Guttmacher Institute, ligado a la patronal abortista).
Un reportaje de CNN señala que el presidente Joe Biden, que desde que alcanzó el poder intentaba no mencionar la palabra "aborto" y sólo usaba eufemismos como "derechos de las mujeres", ha tenido que demostrar su fidelidad a la patronal abortista y feminista que financió su campaña con muchos millones de dólares, y este miércoles lanzaba un comunicado declarando que la ley del latido del feto de Texas es una “violación flagrante del derecho constitucional”, y que el sistema de denuncias ciudadanas es “inaceptable”. También la vicepresidenta Kamala Harris y la portavoz Nancy Pelosi (que, como Biden, dice ser católica pero es militantemente abortista) se han desgañitado en las redes contra esta ley.