Jacob llegó a un sitio que todavía
ahora se llama Skenas (Tiendas) y de ahí se trasladó a la ciudad de Síquem, que
era de los cananeos. Los siquemitas celebraban una festividad solemne y Dina,
la única hija de Jacob, fué a la ciudad a ver los atavíos de las mujeres.
Cuando la vio Siquem, hijo del rey Emor, la raptó y la violó. Pero enamorado de
la joven, rogó a su padre que le pidiera a la joven en matrimonio. El padre
consintió y fué a ver a Jacob para pedirle que su hijo tomara a Dina en
legítimo connubio. Jacob juzgó que la ley le prohibía casar a su hija con un
extranjero, pero no podía negarse a un personaje de tan alta jerarquía, y le
pidió permiso para consultar el caso. El rey partió, esperando que Jacob
accedería al enlace.
Jacob informó a sus hijos de la
violación de su hermana y del pedido de Emor. Y les pidió que le dieran un
consejo. Nadie supo decir nada, salvo Simeón y Leví, hermanos de madre de la
muchacha, que convinieron en la siguiente resolución: como los siquemitas
estaban de fiesta, los atacarían de noche cuando se hallaran dormidos,
matarían a todos los hombres incluso al
rey y su hijo, y respetarían a las mujeres. Esto lo hicieron sin el
consentimiento de su padre, y rescataron a
su hermana.
Cuando Jacob, estupefacto ante la
magnitud de aquellos actos, reprochaba a sus hijos por haberlos cometidos, se
le apareció Dios y le ordenó que recuperara el ánimo, que purificara las
tiendas y ofreciera los sacrificios que había prometido cuando fué a
Mesopotamia y vio la visión. Cuando estaba purificando a su gente, encontró los
dioses de Labán (no sabía que Raquel los había robado). Los escondió
enterrándolos al pie de una encina; luego partió de allí y ofreció sacrificio
en Bezel, donde había visto el sueño cuando se dirigía a Mesopotamia.
De allí siguió viaje y llegó a
Efrata, donde sepultó a Raquel que murió de parto. Fué la única de los parientes
de Jacob que no tuvo la honra de ser sepultada en Hebrón. Después de cumplir un
largo período de luto, dio al hijo que había nacido el nombre de Benjamín, por
el dolor que le había causado a la madre 1. Estos fueron los hijos de Jacob, doce varones y una mujer. De ellos
ocho eran legítimos, seis de Lía y dos de Raquel; y cuatro de las criadas, dos
de cada una. Los nombres ya han sido dichos anteriormente.
1 En la Biblia Raquel llama a su hijo
Benoni (de Biniamin, hijo de mi vejez), en recuerdo de sus sufrimientos.
