Muy distinguido amigo Teófilo: En mi primer libro le escribí a usted acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó, desde el principio hasta el día en que subió al cielo. Jesús murió en una cruz, pero resucitó y luego se apareció a los apóstoles que había elegido. Durante cuarenta días les demostró que realmente estaba vivo, y siguió hablándoles del reino de Dios.
Un día en que estaban todos juntos, Jesús, con el poder del Espíritu Santo, les ordenó: No salgan de Jerusalén. Esperen aquí, hasta que Dios mi Padre cumpla su promesa, de la cual yo les hablé. Juan bautizaba con agua, pero dentro de poco tiempo Dios los bautizará con el Espíritu Santo.
Cierto día en que estaban reunidos los apóstoles, le preguntaron a Jesús: Señor, ¿no crees que este es un buen momento para que les des a los israelitas su propio rey?