Jesús y los cristianos abofeteados

En el Evangelio de S. Mateo (cap 5,39) proclamado en todo el mundo, leemos la enseñanza que da Jesús a sus discípulos, sobre el comportamiento que hay que tener frente al agravio personal, cuando alguien nos golpea en la mejilla: Yo os digo que no resistáis al mal; antes bien al que te abofetee en la mejilla derecha preséntale la otra
Esta sentencia ha sido tomada literalmente por algunos, como si los seguidores de Cristo tuviesen que ser como “los payasos del circo” que reciben todos los golpes y bofetadas sin quejas. 
Nada de eso. Se puede y debe defender el cristiano, frente al mal o injusticia recibida sin odio ni venganza. 
Así lo enseñó Jesús con su ejemplo, tal como aparece en el Evangelio de S.Juan (cap 18,19-24) que copio literalmente. 
Fue en el juicio ante Anás y Caifás. El Sumo Sacerdote interrogó a Jesús sobre sus discípulos y su doctrina. Jesús le respondió: He hablado abiertamente ante todo el mundo; he enseñado siempre en la sinagoga y en el Templo donde se reúnen todos los judíos y no he hablado nada a ocultas: ¿Por qué me preguntas?. Pregunta a los que me han oído lo que les he hablado; ya saben ellos lo que les he dicho
Apenas dijo esto uno de los guardias que allí estaba, dio una bofetada a Jesús diciendo: “Así contestas al Sumo Sacerdote?. 
Jesús le respondió: Si he hablado mal prueba en qué; pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?
Jesús se defiende sin odio, ni violencia del injusto agresor. Podía por su poder haber secado la mano del que le golpeó, pero coherente con su enseñanza le hace recapacitar que ha obrado mal golpeándole y así reconocerlo y corregirse. He aquí el camino a seguir por los que somos cristianos. No devolver mal por mal, sino defenderse de las injusticias. Único camino para la paz y la salvación verdaderos. Mil aplicaciones prácticas en la vida de cada día.
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MSanMartin