Pagar mal por bien

El rey David experimentó en carne propia el dolor e indignación que se sufre cuando le pagan a uno con mal, el bien que se ha hecho. El rey Saúl a quién él consideraba un padre, lo acusó de traición y persiguió para hacerle pagar su vida. Su hijo primogénito Absalón ayudado por personas de su confianza, se sublevó contra su autoridad y lo despojaron temporalmente del trono. El salmo 35 evidencia esas experiencias:

“Yo no les hice ningún mal, pero ellos me tendieron una trampa; no les hice ningún mal, pero cavaron una fosa para atraparme” Salmo 35:7 NTV

“Testigos maliciosos testifican en mi contra y me acusan de crímenes que desconozco por completo. Me pagan mal por bien y estoy enfermo de desesperación” Salmo 35:11-12 NTV

“…Me ataca gente que ni siquiera conozco; me calumnian sin cesar. Se burlan de mí y me insultan; me gruñen” Salmo 35:15-16 NTV

La historia del rey Saúl y Absalón termina con la muerte de ambos, derrotados y avergonzados.

Todas acciones de maldad sobre personas justas, serán como el reflejo en un espejo, las consecuencia tarde o temprano caerán sobre los malhechores y sus generaciones [su casa].

“Despierta! Levántate en mi defensa! Toma mi caso, Dios mío y Señor mío. Que sean humillados y avergonzados los que se alegran de mis dificultades; que sean cubiertos de vergüenza y deshonra los que triunfan sobre mí” Salmo 35:23, 26 NTV

Pagar mal por bien, es ingratitud y crueldad; pagar mal por mal, es justicia a través de venganza; pagar bien por mal, es la gracia y perdón que deja la afrenta en las manos de Dios.

“-Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta-. No te dejes vencer por el mal; al contrario vence el mal con el bien” Romanos 12:20-21 NVI
Pastor Byron Sales Curiel