Más de 6.000 personas podrían vivir en situación de esclavitud en el Reino Unido

El suceso de las tres mujeres que permanecieron durante 30 años en situación de esclavitud en una casa del sur de Londres ha reavivado el debate sobre el tráfico ilícito de personas y su explotación. El Índice Global de la Esclavitud de 2013, publicado hace tan solo unas semanas, destaca que en todo el mundo hay cerca de 30 millones de personas que viven como esclavos, entre 4.200 y 4.600 en el Reino Unido, lo que sitúa al país anglosajón en el puesto 160 de 162 países estudiados.
A pesar de estar en la parte baja de la lista, Inglaterra ha sido noticia por el reciente rescate de tres mujeres, una británica de 30 años, una irlandesa de 57 y una malasia de 69 que supuestamente habrían permanecido durante tres décadas encerradas en una casa y sin salir al mundo exterior.
“Me quedé en estado de shock cuando conocí la noticia, pero desafortunadamente no me sorprendí”, ha reconocido en una entrevista con LaVanguardia.com Aidan McQuade, director de la organización contra la esclavitud Anti-Slavery, que ha calificado este tipo de tráfico humano de “muy común en el Reino Unido” y que tras la aprobación en 2011 de la ley de esclavitud en el Parlamento británico la policía ha incrementado la persecución de los captores.
En 2012 se identificaron en el Reino Unido a 2.255 víctimas potenciales del tráfico humano, un incremento del 9% respecto al año anterior, según un informe del Centro de Tráfico Humano del Reino Unido (UKHTC), que pertenece a la Agencia Nacional del Crimen y que destaca a rumanos, polacos, nigerianos, vietnameses y húngaros entre las víctimas más numerosas.
Según esta misma agencia, entre enero y agosto de 2013 se han identificado sólo en Londres a 389 posibles víctimas, 308 de ellas mujeres procedentes en su mayoría de Albania, Nigeria, Vietnam y Rumanía. Los datos también revelan que en 2013 un total de 46 personas habrían sido identificadas como esclavos domésticos, el mismo tipo de esclavitud al que habrían estado expuestas durante tres décadas las tres mujeres liberadas el pasado 25 de octubre en una casa del sur de la ciudad londinense. Por encima de estos casos se encuentra la explotación sexual, por la que se habrían identificado a 180 víctimas.
Tendencia al alza
“Ha habido incrementos en el número de casos de esclavitud año a año y se espera que la tendencia al alza continúe”. Así de contundente se ha mostrado el secretario de seguridad del Gobierno británico, James Brokenshire, que ha reconocido en una entrevista radiofónica que a la gente le gustaría ver la esclavitud “en los libros de historia” y no en la vida real. Además, Brokenshire ha sugerido que en todo el Reino Unido podría haber hasta 6.000 personas esclavas.
La realidad es que los posibles casos de esclavitud crecen año a año. En Londres, el UKHTC contabilizó en todo el 2012 más de 360 posibles víctimas de esclavitud, una cifra menor de la que lleva contabilizada entre enero y agosto de 2013, que ha superado la barrera de los 385.
Este caso ha marcado un antes y un después y la Unidad de Tráfico Humano de Scotland Yard reconoció pocas horas después que se conociera la noticia que este caso de tráfico humano ha sido “el peor acontecido nunca en el Reino Unido”.
El último caso que conmocionó al país fue el de la científica Rebecca Balira, que fue encarcelada por mantener a una chica de 21 años durante 6 meses como esclava en su casa del sureste de Londres. Otros casos similares fueron el Joseph Fritzl, que raptó a su hija durante 24 años en Austria, el de Natascha Kampush, que permaneció encerrada durante 8 años y el de Ariel Castro, un antiguo conductor de autobús escolar que secuestró a tres mujeres durante cerca de 10 años en Estados Unidos.
Un barrio tranquilo
Lambeth es una zona en el sur de Londres donde viven 303.000 habitantes, la mayoría de clase trabajadora y estudiantil. Es una zona “étnicamente diversa”, según asegura el propio ayuntamiento en su página web, y concentra el mayor número de portugueses y latinoamericanos que residen en la metrópoli.
La única información que la policía ha facilitado sobre la localización de la vivienda donde las tres mujeres permanecieron confinadas durante todo este tiempo es que se ubica en este barrio, sin citar la calle en concreto. Las autoridades policiales únicamente han informado que la propiedad donde residían era “una casa normal en una calle normal”.
Esta situación ha provocado el malestar entre los vecinos de la zona que han visto como su barrio se ha llenado estos días de cámaras y micrófonos sin saber si los detenidos podrían ser sus propios vecinos de calle. “La mayoría de gente que vive en este barrio son trabajadores pero también hay un colectivo de gente desagradable que sólo busca hacer daño a las personas en beneficio propio”, ha reconocido Aidan McQuade, director de Anti-Slavery.
En Londres, con más de 8.000.000 habitantes, es muy común que los vecinos de una misma calle no se conozcan entre ellos, por lo que sería posible que en 30 años ninguna persona de la zona hubiera sospechado ningún movimiento extraño dentro de la vivienda. “Este tipo de violencia sucede en el interior de una casa, por lo que en ocasiones es difícil que alguien se dé cuenta”, ha añadido el director de esta organización anti esclavitud.
El caso de las tres mujeres ha sido un toque de alerta para los políticos del país y para el Gobierno británico. “Espero que se lo tomen como un aviso y se comprometan a ayuda a las centenares de víctimas que están pasando por la misma situación”, ha sentenciado McQuade.
LaVanguardia