Jamenei calienta las negociaciones y rechaza abandonar el plan nuclear

A pesar de que parecía que los países que ayer comenzaban las negociaciones del grupo 5+1 sobre el programa nuclear de Irán estaban cerca de hallar un punto de encuentro que podría, incluso, lograr que se levanten las sanciones económicas impuestas por la comunidad internacional a la nación árabe, el líder supremo de la república islámica, ayatolá Alí Jamenei, lanzó una seria advertencia a quienes se sientan en la mesa de debate al asegurar que Teherán no abandonará sus «derechos» atómicos, al tiempo que aclaró que se han fijado «línea rojas» al equipo que participa en las conversaciones de Ginebra.
«Insistimos en que no cederemos ni un ápice en nuestros derechos», manifestó el dirigente, quien aclaró que «nosotros no intervenimos en los detalles de estas conversaciones». «Hay ciertas líneas rojas. Tienen que ser observadas. Los enviados han recibido instrucciones de acatar esos límites», añadió la figura más poderosa del país, quien remachó: «No deberían de tener miedo de lo que dice el enemigo».
En una probable referencia a las sanciones impuestas por Naciones Unidas, Estados Unidos y la Unión Europea al país árabe por sus actividades nucleares, Jamenei indicó que «pretenden incrementar la presión sobre Irán». «Los iraníes no sucumbirán a la presión de nadie», aseveró.
«Deberían saber que Teherán respeta a todos los países del mundo, pero abofetearemos a los agresores en la cara de tal modo que nunca lo olvidarán», aseguró el líder supremo, sin referirse en concreto a ninguna nación.
Tras relatar un gran número de lo que calificó de delitos históricos por parte de EEUU y otras potencias occidentales y los actuales esfuerzos para conseguir la hegemonía en Oriente Próximo, Jamenei explicó, sin embargo, que «queremos tener relaciones amistosas con todos los Gobiernos, incluido el de Washington». «No somos hostiles hacia los americanos, son como otros Estados en el mundo», añadió. Eso sí, en respuesta a sus palabras, los milicianos que presenciaban el discurso corearon «muerte a América».
El ayatolá también ha criticado a Francia, después de que su presidente, François Hollande, asegurara a Israel el pasado domingo que París seguirá oponiéndose a relajar las sanciones económicas contra Irán hasta que esté convencido de que Teherán ha abandonado la búsqueda de dotarse de armamento nuclear.
Las autoridades galas, según manifestó, «no solo están sucumbiendo a Estados Unidos, sino que se están arrodillando ante el régimen hebreo».
Estos últimos comentarios fueron calificados de «inaceptables» desde el Elíseo, donde una portavoz del Ejecutivo señaló que «complican las negociaciones». Además, el propio Hollande pidió que los expertos iraníes desplazados a Ginebra den explicaciones a estas «declaraciones provocativas».
En medio de este clima de crispación, los representantes de la república islámica y el grupo 5+1, compuesto por EEUU, el Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China, dieron inicio a la nueva ronda de negociaciones.
«Esperamos que nuestro equipo se acerque, al menos, un paso a un acuerdo y, sobre todo, que las sanciones puedan ser revocadas poco a poco», aseguró el presidente del Ejecutivo de Teherán, Hasán Rohani, quien subrayó que quiere que «ganen todas las partes» y que pronosticó que las conversaciones se prolonguen durante seis meses.
En la última ronda de diálogo, hace poco más de una semana, estuvo a punto de alcanzarse un pacto, que quedó pospuesto en el último momento, ya que París insistía en lograr más concesiones del país árabe respecto al reactor de Arak, mientras que la nación islámica pretendía que el acuerdo tuviese una validez inferior al medio año propuesto por el 5+1.
Tras la primera toma de contacto, el ministro de Exteriores iraní, Mohamed Yawad Zarif, que encabeza la delegación de su Estado, habló de un primer encuentro bueno y de la voluntad de todos los presentes de lograr «un acercamiento».