Israel recurre a religión para continuar su expansionismo

No tienen límites las políticas expansionistas del régimen de Israel que buscan cambiar el carácter islámico e histórico de Palestina y presentar a los israelíes como los antiguos habitantes de esta región.

En este sentido, el presidente del Estado de Palestina, Mahmud Abás, ha afirmado este domingo que el régimen de Tel Aviv busca "transformar la naturaleza del conflicto y convertirlo en un asunto religioso en lugar de político" a través de sus demandas en Al-Quds (Jerusalén).

Además de repudiar el extremismo y el terrorismo en todas sus formas, Abás ha reiterado su rechazo a todos intentos de convertir el conflicto entre israelíes y palestinos en un asunto de carácter religioso.

Al expresar su esperanza de llegar a una solución pacífica y justa para el conflicto, ha advertido de que los esfuerzos del régimen israelí de anexionar Al-Quds y sus actos provocativos contra la Mezquita Al-Aqsa han ocasionado que el caso se haya convertido en una lucha religiosa.

Al-Quds ha de estar abierta a la adoración de los seguidores de las tres religiones, el Islam, el Cristianismo y el Judaísmo, ha enfatizado el presidente palestino.

Abás ha hecho estas declaraciones en referencia a nuevos filtrados informes del parlamento del régimen israelí, según los cuales, Tel Aviv planea construir una sinagoga en el recinto de la Mezquita Al-Aqsa; una medida que forma parte de la estrategia israelí para demoler la sagrada mezquita y borrar la historia islámica del recinto.

Asimismo, ha hecho hincapié en la importancia de encontrar una solución para los refugiados palestinos "de acuerdo con la resolución 194 de Naciones Unidas, tal y como fue estipulado en la Iniciativa Árabe de Paz".

En otra parte de sus declaraciones, Abás ha alertado de las negativas consecuencias que tendría el fracaso del actual llamado proceso de paz palestino-israelí y ha exigido a la comunidad internacional que asuma su responsabilidad al respecto.

Las conversaciones entre el régimen de Israel y Palestina se congelaron en septiembre de 2010 después de que las autoridades israelíes rechazaran una moratoria a la construcción de asentamientos ilegales en la ocupada Cisjordania y Al-Quds. Se retomaron a fines de julio en Estados Unidos y prosiguieron en Al-Quds, aún sin resultado alguno.