
Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo.
Mas venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.
Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo a vuestros corazones, el cual clama: Abba, Padre.