El principal experto de la ONU en derechos humanos en Haití advirtió que las condiciones humanitarias en el país caribeño se están deteriorando rápidamente y podrían llegar a ser "como Somalia en sus peores tiempos", en medio de la escalada de violencia de las pandillas y de la inestabilidad política.
"Francamente, a estas alturas me estoy quedando sin palabras", afirmó recientemente el observador de derechos humanos William O'Neill ante el organismo. "Es apocalíptico, es como el fin de los tiempos", continuó. "[Hay] un nivel de intensidad y crueldad en la violencia que simplemente no tiene precedentes en mi experiencia en Haití", señaló.
"Conozco a alguien que perdió a la mitad de su familia a manos de los escuadrones de ejecución del [dictador] François Duvalier y dijo que nunca lo había visto tan mal. Tíos, primos, hermanos asesinados […] y ella dijo que nunca había estado tan mal", relató.
El experto estadounidense trabajó anteriormente en crisis humanitarias en países como Ruanda, Sierra Leona, Bosnia- Herzegovina y Nepal. "Aquí creo que la diferencia es que el Estado está prácticamente ausente", afirmó. "No hay Estado y es casi como un mundo hobbesiano donde realmente sobreviven los más aptos […] y desafortunadamente los más aptos en este momento son las pandillas", expresó.
En ese contexto, miles de personas han huido de la capital, Puerto Príncipe, controlada en un 90% por las bandas criminales. Sin embargo, O'Neill teme que la violencia pronto afecte al resto del país, provocando un éxodo masivo de haitianos a la vecina República Dominicana o a EE.UU. "Si todo se vuelve un infierno y se extiende desde Puerto Príncipe hacia el campo […] mucha gente se subirá a barcas", vaticinó.
Por otra parte, criticó a Washington por no tomar medidas enérgicas contra el contrabando de armas estadounidenses desde Florida a puertos haitianos. "Me sorprende que no se puedan llevar alimentos o medicinas a Haití, pero aun así llegan armas y balas", manifestó.
"No puedo creer que mi Gobierno no pueda inspeccionar esos barcos que parten del río Miami y sacar todos los rifles y balas, porque Haití no produce armas ni balas", aseveró O'Neill. "Si las pandillas no tienen sus armas ni sus balas, pierden todo su poder", concluyó.
Haití está sumida en una crisis de gobernabilidad que ha venido escalando desde el magnicidio del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.
El país declaró el estado de emergencia el 3 de marzo, después de que el peligroso líder criminal Jimmy 'Barbecue' Cherizier llamase a los grupos criminales a unirse y derrocar al primer ministro Ariel Henry, quien anunció días después su dimisión.