Los ataques directos a la central nuclear de Zaporozhie, ubicada en la provincia rusa homónima, aumentaron gravemente el riesgo de accidente nuclear, declaró el jueves el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, sin mencionar al autor de los bombardeos contra la planta.
En su intervención ante el Consejo de Gobernadores del organismo, Grossi subrayó que "es de suma importancia garantizar que estos temerarios ataques no marquen el comienzo de un nuevo y gravemente peligroso frente de guerra".
"Hago un firme llamamiento a los responsables militares para que se abstengan de cualquier acción que viole los cinco principios concretos del OIEA para prevenir un accidente nuclear y garantizar la integridad de la central", agregó.
Aunque Grossi afirmó que el ataque del domingo no comprometió seriamente la seguridad nuclear, dijo que "sería irresponsable suponer que los futuros ataques no lo harán". "Tirar los dados no es la forma de hacerlo en seguridad nuclear", aseveró.
"Entre los que podrían verse afectados más directamente se encuentran las personas que trabajan en la central y los expertos del OIEA, funcionarios internacionales imparciales", advirtió.
La central nuclear de Zaporozhie, situada en la ciudad de Energodar, en la provincia rusa de Zaporozhie, sigue siendo objeto de bombardeos ucranianos desde hace ya varios días. El ataque con drones del domingo hirió a tres trabajadores de la instalación. El martes, otro dron impactó contra el tejado del edificio de simuladores de la sala del reactor de la central nuclear.
Desde Moscú denunciaron que la culpa de dichos ataques no es solo de Kiev, sino también de los países que lo apoyan, suministrando armas e inteligencia, proporcionando fondos y entrenando a miembros de las Fuerzas Armadas de Ucrania. "Con sus acciones criminales, Ucrania, apoyada por EE.UU. y sus satélites occidentales, deja esencialmente claro que ha emprendido el camino del terror nuclear", criticaron.