Han surgido nuevos detalles en la investigación contra un artista y sacerdote jesuita de alto rango acusado de abusar psicológica y sexualmente de monjas, después de que dos presuntas víctimas hablaran públicamente por primera vez en una rueda de prensa en Roma este miércoles, informó Vatican News.
Dos exmonjas denunciaron que el artista esloveno de mosaicos Marko Rupnik, de 69 años, que presuntamente abusó de al menos 20 mujeres durante casi 30 años en una comunidad religiosa de Eslovenia, las obligaba a mantener sexo con él en trío y a ver porno para "crecer espiritualmente".
"Me llevaba a cines pornográficos para ayudarme a 'crecer espiritualmente'", apuntó a los periodistas Gloria Branciani, que fue miembro de esta comunidad hasta 1994. "Decía que no crecería espiritualmente si no satisfacía sus necesidades sexuales", dijo. También relató que tuvo que practicar un trío con Rupnik y otra monja porque el clérigo dijo que "era como la Trinidad", refiriéndose a la Santísima Trinidad, principio central del cristianismo.
Asimismo, añadió que Rupnik "siempre fue protegido por todos, y todo aquello de lo que se le podía acusar era minimizado o negado". Por eso pidió que se hagan públicos todos los detalles del escándalo y del encubrimiento de estos delitos.
"Todas éramos chicas jóvenes, llenas de ideales", explicó otra mujer, Mirjiam Kovac. "Pero estos mismos ideales, junto con nuestra formación en la obediencia fueron explotados para cometer abusos de diversa índole: de conciencia, de poder, espirituales, psíquicos, físicos y a menudo sexuales", señaló.
Rupnik fue excomulgado en 2020 por absolver a una mujer con la que había tenido relaciones sexuales, uno de los delitos más graves para la Iglesia católica. No obstante, fue reintegrado dos semanas después, después de arrepentirse.
En 2022, las acusaciones contra Rupnik formuladas por nueve mujeres fueron desestimadas por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, citando el plazo de prescripción canónico. Solo más tarde ese año, después de la aparición de los informes en la prensa, los jesuitas hicieron un llamado público a las víctimas para que se presentaran. Rupnik fue finalmente expulsado de la orden en junio de 2023, pero sigue siendo sacerdote y fue aceptado en la diócesis de Koper, en su Eslovenia natal, en octubre de 2023.
Tras la aparición de nuevos detalles, el papa Francisco decidió el pasado mes de octubre reabrir el caso